Madrid, 1935. Cati es una joven cuya vida transcurre entre fiestas y tertulias en los cafés, hasta que la tragedia la golpea. Mientras busca su lugar en el mundo, el encuentro con una amiga de la infancia y con Manuel Bartolomé Cossío marcará su destino. Con las Misiones Pedagógicas (que llevaban la cultura a donde parecía imposible que llegara), viajará a un pueblo recóndito y, alojada en la humilde casa de los Salazar, Cati iniciará una relación con los miembros de esta familia, especialmente con Jeremías, un hombre maldito, por quien sentirá un amor inesperado. Su estancia le abrirá los ojos a otra forma de vida, regida por los designios del campo y las estaciones. Pero también se verá implicada en una vieja deuda de sangre y odio. La contraposición entre Madrid y el mundo rural (sobre que los pueblos son la cara negra del país, Cati replica: «quien lo haya dicho no ha puesto un pie en ellos»), la importancia del cine como motor de emociones, algunos chispazos de realismo mágico, entre otros, son algunos de los elementos que terminan de redondear esta novela galardonada con el Premio Azorín de Novela 2024. |
Cristina López Barrio ejerció como abogada y se especializó en Propiedad Intelectual. Tras ganar en 2009 el Premio Villa Pozuelo de Alarcón de Novela Juvenil con El hombre que se mareaba con la rotación de la Tierra (2009), y tras la publicación de la novela La casa de los amores imposibles (2010), abandonó la abogacía para dedicarse plenamente a la escritura. En 2010 obtuvo el premio a la escritora revelación que otorga el conocido blog literario Llegir en cas d’incendi por La casa de los amores imposibles, novela traducida a quince lenguas y publicado en veintidós países. En 2017 fue finalista del Premio Planeta con Niebla en Tánger, que ha sido traducida al italiano, holandés, polaco y chino. Además es autora de las novelas El cielo en un infierno cabe (2013), Tierra de brumas (2015) y Rómpete, corazón (2019) y del libro de relatos El reloj del mundo. |