En un año 2008 en el que hemos podido abrir aún más los ojos al régimen estalinista con magníficas obras como Vida y Destino ó El Caso Tuláyev, nos faltaba algo esencial: no se puede hablar de la caída del muro de Berlín en 1989 sin recuperar el origen del mismo muro, allí mismo en “La Zona”, no a miles de kilómetros en Moscú. ¿Cómo se sentían los alemanes de la RDA ante el impulso ascendente de la Guerra Fría? ¿Qué pensaban las familias, las personas, las parejas, los jóvenes sobre lo que sucedía? (más)
Solo desde la actual situación política mundial, sin apasionamientos, se puede apreciar en toda su medida la magnitud de esta obra inédita hasta ahora para el público español.
Reimann remarca en este relato autobiográfico, el enfrentamiento dual de su generación, jóvenes alemanes que vivieron el final de la guerra como niños y que percibieron a los soviéticos como libertadores, como constructores de un nuevo orden mundial, inevitablemente comunista, con todas sus virtudes y defectos, en contraposición con quienes dentro de sus propias familias, como es el caso de sus hermanos, han sufrido ya el desencanto de ese tipo de vida.
La autora no esconde sus apasionadas ideas socialistas, que le valieron el reconocimiento de la RDA, incluso llega a criticar a aquellos que según ella hacen mal uso del carnet del partido, envolviéndose en un proceso –casi kafkiano- un mini libro dentro del conjunto, que le lleva a enfrentarse a Heiners, y sorprendentemente a ganarle, demostrando que no hay nadie por encima del comunismo.
Con sus regresiones y digresiones el texto tiene un formato circular, comienza y termina casi en el mismo punto, lo cual, con su prosa apasionada y fluida nos hace percibir todo el esplendor del conjunto, y aunque con un destino final que es inevitable nos surge la intriga de saber hasta que grado logrará convencer a su hermano y que argumentos usará.
Los personajes están perfectamente cincelados, tanto en su descripción como en sus actos, incluso psicológicamente conocemos previamente cómo irán reaccionando a las dificultades del relato. El amor y el apasionamiento por el modelo de Uli y el odio por los bandazos de Konrad que pasa de las camisas azules a conducir un Mercedes en pocos años, modelan las relaciones entre los tres hermanos, y llegamos a comprender las acciones de los tres, aunque hayan sido descritos desde un solo foco de luz, las opiniones de la narradora.
Imprescindible y recomendada para quienes quieran conocer ese pedazo de historia, ese comunismo férreo contaminado por el contacto directo con el capitalismo, con solo cruzar una calle. Conocer el origen del muro de Berlín desde el interior de una casa, de una familia, desde los pensamientos de tres hermanos es un privilegio que solo la lectura de este libro nos reporta. Nuestro elogio a Bartleby que ha hecho posible el placer de descubrirlo.
Reimann remarca en este relato autobiográfico, el enfrentamiento dual de su generación, jóvenes alemanes que vivieron el final de la guerra como niños y que percibieron a los soviéticos como libertadores, como constructores de un nuevo orden mundial, inevitablemente comunista, con todas sus virtudes y defectos, en contraposición con quienes dentro de sus propias familias, como es el caso de sus hermanos, han sufrido ya el desencanto de ese tipo de vida.
La autora no esconde sus apasionadas ideas socialistas, que le valieron el reconocimiento de la RDA, incluso llega a criticar a aquellos que según ella hacen mal uso del carnet del partido, envolviéndose en un proceso –casi kafkiano- un mini libro dentro del conjunto, que le lleva a enfrentarse a Heiners, y sorprendentemente a ganarle, demostrando que no hay nadie por encima del comunismo.
Con sus regresiones y digresiones el texto tiene un formato circular, comienza y termina casi en el mismo punto, lo cual, con su prosa apasionada y fluida nos hace percibir todo el esplendor del conjunto, y aunque con un destino final que es inevitable nos surge la intriga de saber hasta que grado logrará convencer a su hermano y que argumentos usará.
Los personajes están perfectamente cincelados, tanto en su descripción como en sus actos, incluso psicológicamente conocemos previamente cómo irán reaccionando a las dificultades del relato. El amor y el apasionamiento por el modelo de Uli y el odio por los bandazos de Konrad que pasa de las camisas azules a conducir un Mercedes en pocos años, modelan las relaciones entre los tres hermanos, y llegamos a comprender las acciones de los tres, aunque hayan sido descritos desde un solo foco de luz, las opiniones de la narradora.
Imprescindible y recomendada para quienes quieran conocer ese pedazo de historia, ese comunismo férreo contaminado por el contacto directo con el capitalismo, con solo cruzar una calle. Conocer el origen del muro de Berlín desde el interior de una casa, de una familia, desde los pensamientos de tres hermanos es un privilegio que solo la lectura de este libro nos reporta. Nuestro elogio a Bartleby que ha hecho posible el placer de descubrirlo.
Título: Los hermanos | Autor: Brigitte Reimann | Traducción de: Ibon Zubiaur | Editorial: Bartleby | Páginas 320 | Precio 15€