El rostro de Gogol – Kjell Johansson

El sueco Kjell Johansson ha conseguido crear una autobiografía de Gogol tan creíble, tierna, emotiva y simbólica que frecuentemente tenemos que recordarnos que no fue escrita por el ucraniano hace siglo y medio sino en la Suecia de hace veinte años. Las razones son varias:

En primer lugar el formato novelado contado en primera persona que nos imbuye desde el niño Gogol en adelante con la personalidad, sentimientos, imaginación e historia de una criatura de buena familia, leal a los zares y a la religión, que poco a poco va despertando a la realidad de la servidumbre a la que su misma familia somete a los trabajadores. (leer más)


Los años de adolescencia, el traslado a Petersburgo y el contacto con Pushkin adquieren el tono del muchacho que crece y que abre los ojos al mundo adulto.

La segunda razón de interés es que Johansson presenta el germen de los libros de Gogol. La idea inicial, parte del proceso creativo, los altibajos en su redacción y las relaciones con el mundo exterior que modelan el relato. Almas muertas se ofrece con el gran logro de Gogol pero las sombras sobre el libro y sus segundas partes son tratadas con un tenor bien diferente.

Eso nos introduce en la tercera razón: el simbolismo del texto. Mediante cuentos repetitivos, modelados vez tras vez, como el del herrero que pintó un cuadro del Diablo, nos adentramos en el mundo interior de Gogol, conocemos lo tortuoso y angustiado que está su corazón, avanzamos por escabrosos lugares mentales entre lo onírico, lo fantástico y lo real sin saber bien cual es cual. Esa fase va en aumento y en degeneración para paulatinamente preludiar el fin de sus días.

La cuarta razón la componen precisamente los anexos creativos que Johansson incluye en su novela. Pequeños cuentos como el de las botas italianas sin dueño, escenas de teatro cómico como el capítulo Almas muertas, una representación burlesca de la negativa a publicar su libro por la censura, y aforismos, reflexiones sobre la vida y los viajes que realiza suponen un valor añadido a un libro ya exquisito y delicioso por si mismo.

La última razón es el esfuerzo de mimetización obtenido por el sueco, dado que grandes pasajes del libro se parecen tanto a literatura rusa del diecinueve que solo los muy expertos podrían decir que no son auténticos. Los lectores medios nos sumergimos en esta obra con el mismo talante que leyendo al propio Gogol o a cualquiera de sus contemporáneos.

Por estas razones y por no ser superficial, ni de lectura frívola o excesivamente documental es un libro delicioso que merece la pena leer con detenimiento para quienes amen la literatura rusa y a uno de sus escritores más destacados.

La cuidada edición de Nórdica, que ha cambiado recientemente su formato, es todo un acierto y supone un plus de placer adicional en la lectura de sus libros.

Pepe Rodríguez

Fragmento del libro
Ficha del Libro

Título: El rostro de Gogol | Autor: Kjell Johansson | Editorial: Nórdica | Traducción: Carmen Montes | Páginas 376 | Precio 21,95€