Un brillante barrido de la memoria, la percepción, la historia y las derivas de una Europa donde los viejos fantasmas cobran nuevas formas.
«Una exploración de la historia, de la naturaleza de la tiranía política y de cómo los amantes pueden, a la vez, fascinarse y borrarse mutuamente».
The New York Times
Londres, 1988. Saul Adler, un joven historiador de 28 años, es atropellado por un Jaguar al cruzar el famoso paso de peatones de Abbey Road. Sin lesiones aparentes, se levanta y posa allí para su novia, Jennifer, que le toma una fotografía imitando a los Beatles para que él la lleve a Alemania Oriental como regalo para la hermana de su traductor, una chica fanática de la banda británica que será su anfitriona. A pocos días de viajar a Berlín, adonde va para hacer una investigación acerca de los movimientos de oposición al fascismo en los años treinta a cambio de escribir un informe sobre el milagro económico de la RDA, Saul acompaña a Jennifer a su apartamento, le propone matrimonio y ella, abruptamente, rompe con él.
Una vez en Berlín del Este, visiones del futuro asaltan a Saul, que predice la fecha exacta de la caída del Muro, la reunificación de Alemania o ve a una Jennifer envejecida en Cape Cod, Massachussets. Mientras, bajo el control sigiloso de la Stasi, se enamora de Walter, su traductor, y luego tiene sexo con la hermana de él, que ve en su huésped una oportunidad para escapar de la opresiva República Democrática Alemana. Saul, en cambio, toma sus propias elecciones y decide pagarle a un conocido de la universidad para que ayude a Walter a huir a Alemania Occidental, donde podría reunirse con él, pero el hombre resulta ser un informante de los servicios de inteligencia y la imprudencia de Saul le cuesta caro a su amante, que es detenido instantes después de despedirse de él en la frontera.
Veintiocho años más tarde, y en un Reino Unido que acaba de votar a favor del Brexit, Saul vuelve a ser atropellado en Abbey Road por el mismo conductor. Esta vez, el accidente es más serio, y a sus 56 años, Saul se debate entre la vida y la muerte en una cama de hospital. La confusión se instala en su mente alucinada, y pasado y presente se entrelazan en un círculo sin salida en el que su médico es el espía de la Stasi que denunció a Walter, su padre ya fallecido se sienta junto a él, Jennifer, que ahora es una artista célebre, lo visita a diario y Jack, su actual pareja, se desvanece en su memoria. Saul no comprende su realidad y quienes lo visitan recuperan detalles y llenan las lagunas de un relato horadado por la amnesia y una mirada narcisista. A través de los otros, los acontecimientos de 1988 adquieren entonces un sentido diferente, y entre recuerdos y obsesiones, asoman los errores y el daño infringido por un hombre hecho pedazos, como titula Jennifer uno de sus retratos de Saul, en cuya vida se reflejan las derivas sociopolíticas de un continente.
Tras emprender un ejercicio de memoria y reflexión personal y política a lo largo de los tres volúmenes que integran su “Autobiografía en construcción” –Cosas que no quiero saber, El coste de vivir y Una casa propia-, Deborah Levy deja a un lado el yo y regresa al territorio de la ficción con una novela en la que, como en su memoir, pasado y presente se entretejen. La memoria, la historia, la mirada sobre los otros y nosotros mismos, la tiranía o los fantasmas que nos acechan son algunos de los temas que, presentes en sus obras anteriores, Levy retoma ahora en El hombre que lo vio todo , una historia que bascula entre la República Democrática Alemana y el Reino Unido del Brexit, y está protagonizada por un hombre que teje un relato elíptico hecho de lagunas, subjetividad narcisista y retazos de realidad superpuestos.
« Entrelacé mis nuevos dedos viejos con sus nuevos dedos viejos. Los dos notamos que se me aceleraba el pulso. Nos quedamos así toda la noche, con su mano en mi pecho cerca del corazón, con mi mano sobre la suya, con su pelo plateado cayéndome en la cara. Fue un gran consuelo no quedarme a solas con los espectros por la noche.
–Te llevaste a nuestro hijo a América –grité de repente–. Poco menos que secuestraste a mi hijo.
El sol apuntaba por encima de Euston Road. Los dos veíamos franjas de cielo naranja a través de la persiana.
–Es así, Jennifer Moreau –me sorprendió el volumen de mi voz–: No te he perdonado.
–Yo tampoco te he perdonado, Saul Adler».
© Sheila Burnett
Deborah Levy (Johannesburgo, 1959) es novelista, dramaturga y poeta, y ha publicado las novelas Beautiful Mutants (1986), Swallowing Geography (1993), The Unloved (1994), Billy & Girl (1996), Nadando a casa (2015), finalista del Man Booker Prize y del Jewish Quarterly Wingate Prize en 2012, y Leche caliente (2018), que fue nominada al Booker Prize en 2016, al igual que El hombre que lo vio todo, seleccionada para el premio en 2019. Deborah Levy es también autora de una colección de cuentos, Black Vodka (2013), finalista del BBC International Short Story Award y del Frank O’Connor International Short Story Award. En no ficción ha publicado su «Autobiografía en construcción», que incluye Cosas que no quiero saber (2020), El coste de vivir (2020) y Una casa propia (2022). Los dos primeros volúmenes recibieron el Premio Fémina Étranger. Ha escrito también para la Royal Shakespeare Company y la BBC.
Sobre El hombre que lo vio todo se ha dicho:
«Una gélida estocada al patriarcado, la mentalidad humana y la oscuridad de la Europa del siglo XX».
The Times
«Una ensoñación febril, completamente seductora […]. Su brillante ejecución la sitúa muy por encima del resto de los títulos nominados al Booker Prize».
The Daily TelegraphE
«Su escritura es tan hermosa que hace detenerse al lector en cada página».
The Independent
«Pocos escritores pueden evocar la tristeza con tanta fuerza».
The Wall Street Journal
«Exquisita […]. Una brillante novela nominada al Booker».
The Guardian
«Preñada de temas que abarcan la memoria y la mortalidad, la belleza y el tiempo, es tan electrizante como misteriosa».
Mail on Sunday
«Inteligente y ágil […], una vertiginosa historia de la vida a través del tiempo y las fronteras».
Financial Times
«Una historia sobre el amor, la verdad y el poder de ver […] Se va volviendo cada vez más surrealista y apasionante».
The Sunday Telegraph
«Deborah Levy, una de las escritoras más estimulantes de Gran Bretaña en la actualidad, ha producido en esta perpleja obra una exploración caústicamente divertida de la historia, la percepción, la naturaleza de la tiranía política y cómo los amantes pueden, a la vez, fascinarse y borrarse mutuamente».
The New York Times