Su propósito es «acercar palabras que todos tenemos en la trastienda, propias del lenguaje rural en algunos casos y que empiezan a desprestigiarse porque ya no se utilizan en las ciudades», explica García Mouton.
Piscolabis, chiscón, patatús, entre otras son algunas palabras rescatadas del olvido. Curiosamente pueden probar con personas de cierta edad para saber si las recuerdan, cuanto más jóvenes menos les sonaran aunque la edad no es el único rasgo destacado de ellas ya que varias sobreviven en según que lugar.
Obra que se lee con una sonrisa en la boca puesto que nos trae el aroma de la nostalgia, de aquellos días y lugares en que las usábamos dotando al lenguaje de un carácter evocador que solo le atribuimos al olfato o la fotografía. A buen seguro que pasaremos un buen rato sacando en libro en una cena entre amigos y releyendo y comentados nuestros recuerdos de las mismas.
Un regalo lingüístico para los sentidos con la facilidad de uso que Grijelmo nos tiene ya acostumbrados.
Pepe Rodríguez
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