Nombrar al estudio Ghibli es referirse al mejor estudio japonés de animación. Muchos descubrieron el mundo del anime a partir de las películas producidas por la emblemática productora. Fundado en 1985 por Toshio Suzuki, Isao Takahata y Hayao Miyazaki, siendo este último el más reconocido tal vez por haber sido el creador de los títulos más destacados y premiados producidos por la compañía. Comparado a menudo con Walt Disney, destaca en sus films la relación del hombre con la naturaleza como: “La princesa Mononoke”, Ponyo en el acantilado”, “El viaje de Chihiro”, “Mi vecino Totoro”…; donde su moraleja despierta en nuestras conciencias que si la destruimos provocaremos nuestra propia destrucción. El ya desaparecido Takahata también destacó en la creación de personajes entrañables. Responsable de “Heidi”, “Marco”, o la lacrimógena “La tumba de las luciérnagas”, formó parte indispensable de la creación de clásicos de la animación que ya pertenecen a nuestro imaginario colectivo.
Michael Leader y Jake Cunningham se conocieron siendo empleados de la productora británica Little dot studios. A veces se originan extraordinarias coincidencias, y una de ellas llegó cuando estos dos compañeros tuvieron que compartir escritorio. En sus múltiples conversaciones cada uno descubrió en el otro a un admirador de Ghibli tan entusiasta como él mismo. Al poseer los dos experiencia en podcasting, decidieron dar rienda suelta a su imaginación y crear un podcast donde pudieran hablar a sus anchas sobre las películas producidas por este gigante del anime.
Al principio se limitaron a acompañar con sus comentarios el ciclo sobre la obra del estudio que emitió un importante canal de televisión. La idea era que este podcast durara el tiempo empleado por el canal en la emisión de estas películas. Una vez terminado este ciclo, decidieron continuar con su labor completando el análisis del resto de la filmografía. Cual fue su sorpresa al cosechar su podcast un enorme éxito entre los aficionados, lo que les llevó a plantearse el seguir explorando todo el universo Ghibli yendo más allá de sus películas. Ampliaron su alcance a base de entrevistas tanto a trabajadores como artistas influenciados por el icónico estudio, así como organizar y acudir a eventos que giran alrededor de la productora. Incluso llegaron a cumplir el sueño de ambos, viajar a Japón y visitar las instalaciones donde Miyazaki y Takahata crearon arte.
Como consecuencia de todo esto, era inevitable editar un libro de tan interesante temática, y fue en septiembre de 2021 cuando esta guía no oficial de las películas de Studio Ghibli vio la luz. Minotauro se ha encargado de editarlo en nuestro país. Un libro muy bonito en tapas duras donde aparece el personaje más importante: Totoro, porque si Miyazaky ha sido comparado con Walt Disney, como señalamos más arriba, Totoro es el equivalente a Mickey Mouse, apareciendo incluso en el logotipo de la compañía. En sus páginas iniciales podemos leer una pequeña introducción en el que los autores nos narran de dónde surge su pasión por el trabajo de Miyazaki, añadiendo fotos a todo color de ellos en su peregrinación al estudio en Japón. A continuación podemos encontrar, por orden cronológico, un exhaustivo análisis de cada una de sus películas, empezando por la más longeva: “Nausicaä del Valle del Viento” (1984), obra que no se puede denominar como la primera película de Ghibli en sí, ya que se realizó antes de que el estudio existiera y no fuese más que un concepto, pero incluida posteriormente en su catálogo. Continuamos con “El castillo en el cielo” (1986), que provocó la necesidad de crear la productora para no encontrarse con los problemas que surgieron en la anterior película, y poder solicitar y gestionar mejor su presupuesto. Es a partir de este film cuando realmente podemos hablar de la creación de Studio Ghibli. Aquí como en la anterior y siguientes películas, los autores del libro nos desvelan todos los entresijos que hicieron posible cada una de las producciones, y donde posteriormente realizan una detallada reseña de estas obras. Así vamos desgranando la filmografía completa hasta llegar a su última producción. La controvertida “Earwig y la bruja” (2020). Controvertida por las opiniones dispares que levantó en su estreno, ya que se trata de una obra en la que, a pesar de que el estudio ya había utilizado herramientas infográficas en producciones anteriores, aún predominaba el trabajo 2D de sus animadores, eligiendo Goro Miyazaki —hijo del famoso realizador— para esta última producción las 3D. Demostrando con este salto generacional la evolución del legendario estudio. Todo este material queda complementado por un sinfín de fotogramas en color de las obras analizadas de su extensa filmografía.
Un libro ilustrado muy bonito y que dejará embelesado no solo al fan del legendario estudio, sino a todo aficionado al cine de animación en particular y amante del cine en general. Libro que disfrutaremos igual que las películas, que a pesar de haberlas visto anteriormente, visionaremos con otros ojos después de leer esta tan rigurosa como amena obra. Yo al menos pienso hacer un ciclo maratoniano de casi todas sus películas, y destaco casi porque no pienso volver a ver “La tumba de las luciérnagas”, que a pesar de considerarse como obra cumbre de Ghibli, pocos aguantan más de un visionado por su dura historia, porque si por algo destaca esta productora es por crear obras de animación que son capaces de despertar nuestros sentimientos más que cualquier realización protagonizada por actores reales.