Estamos en esa época del año donde nos apetece refrescarnos, tanto física como mentalmente. La primera la tenemos relativamente más fácil, al menos el que tenga la suerte de tener cerca una piscina o el mar. La segunda es más complicada, porque cuando huimos de novelas menos sesudas, acudiendo a lecturas más digeribles y frescas, corremos el peligro de pasarnos y llegar a lo frívolo o banal. “Burbujas de acero” ha resultado la elección perfecta para cumplir el objetivo.
En esta novela de aventuras, el vallisoletano licenciado en derecho Juan Corsario Losada, nos narra como al buceador Alex Vinadoz le llama la atención unas inusuales burbujas en la ensenada de Puerto Caldertón, Cantabria. Lo que le lleva a descubrir que el origen de dichas burbujas es un submarino hundido de la Segunda Guerra Mundial.
Con ayuda de unos amigos, tratará de trazar un plan para poder acceder al interior del pecio y rescatar lo que parece ser un tesoro inimaginable. Pero no serán los únicos interesados en hacerse con el botín, ya que un buque cazatesoros inglés, con bandera de Bahamas, ronda la costa cantábrica tratando de localizar ese mismo submarino que al parecer encierra algo más que riquezas.
Estamos ante una novela de aventuras de las que hacen disfrutar tanto por la trama como por los escenarios donde se desarrolla. Con una narración clara y amena, Juan Corsario nos da a conocer un grupo de personajes que forman parte de lo que podríamos definir un reparto coral, quizás con un poco más de peso en Tamara, una chica tan guapa como carismática. Todos los personajes están muy bien definidos, donde ninguno queda como un mero esbozo bidimensional como ocurre, más de lo que quisiéramos, en las novelas enmarcadas dentro de este género. Cada uno de ellos tiene su peso en la historia, y se nota que el autor ha querido dejar patente la importancia del papel designado y lo que aportan a la trama.
Un dato que me ha llamado la atención de este escritor es el cuidado a la hora de narrar la historia desde el punto de vista de cada personaje, donde un claro ejemplo sería cuando sigue al personaje de Julio César, poeta, y cuya forma narrativa del autor trasciende al personaje, cuidando la narración con una prosa más poética.
Dentro de nuestras fronteras no abundan historias de este tipo, mientras existen grandes escritores extranjeros famosos del género, como pueden ser los bestsellers Clive Cussler o el propio Ken Follet, dentro de nuestras fronteras aún estamos cargados de complejos, y mientras en algún libro de los nombrados autores, la trama gire en torno a un submarino nazi hundido lo vemos como lo más normal, mientras que si es un escritor español el que utiliza dicho recurso habrá a quien aún le rechine. Afortunadamente van surgiendo novelistas españoles valientes como Juan Corsario, demostrando que se puede escribir una novela contando con esos elementos de forma tan creíble como plausible.
Una novela ideal para disfrutarla en esta época estival, donde esos paisajes cántabros conseguirán bajar nuestra temperatura, porque no podremos evitar meternos en esta emocionante novela que nos resultará corta, y de cuyos personajes querremos seguir sabiendo más allá de esta aventura.