Origen de Dan Brown

“A medida que el viejo funicular ascendía lentamente la pendiente vertiginosa, Edmond Kirsch contemplaba la irregular cumbre de la montaña. A lo lejos, construido en la pared de un acantilado escarpado, el enorme monasterio parecía colgar en el aire como si estuviera soldado al precipicio por arte de magia.
Este atemporal santuario de Cataluña había soportado el implacable tirón de la gravedad durante más de cuatro siglos sin faltar nunca a su propósito original: aislar a sus ocupantes del mundo moderno.

«Irónicamente, ahora serán los primeros en conocer la verdad», pensó Kirsch, preguntándose cómo reaccionarían.”

Siempre he sido una persona curiosa. Además, considero que los libros son, entre otras cosas, para entretener, así que si Dan Brown saca un libro y medio mundo parece salir corriendo a buscarlo, por algo será.Y es que, yo supongo que todo escritor quieres ser García Márquez con las ventas de Dan Brown a la semana de haber publicado. Hoy traigo a mi estantería virtual,Origen.
El genio Edmond Kirsch dará una charla en el Guggenheim que promete desvelar el secreto de la vida dando al traste con cualquier tipo de religión. Tiene para ello una presentación de Power Point, pero morirá de un disparo antes de poder desvelar su gran secreto. Langdon buscará la contraseña para poder abrir ese archivo y dar el conocimiento al mundo, lo que le embarcará en una aventura acompañado de la directora del museo y el asistente IA de Kirsch.
Origen es la quinta entrega protagonizada por Robert Langdon, un profesor de Harvard, experto en simbología, al que creo no recordar dando una sola clase porque recorre el mundo cual Indiana Jones descubriendo misterios. Además, y como característica básica de la saga Langdon, el mundo de Dan Brown es ficticio y eso, en el caso de esta novela ambientada en España, es algo que el lector no puede olvidar (exactamente igual que no puede olvidar que hay una suerte de reseteo al final de cada novela o Langdon jamás volvería a embarcarse en otra aventura).
Estamos ante una novela de fórmula, es decir, Brown descubrió que su primer libro funcionaba, y ha decidido repetir cambiando la trama y manteniendo algunas señas características en la saga. De este modo Langdon es inteligente, claustrofóbico, con memoria eiedética, piensa en cursiva para que lo sepamos y sí, sigue con su reloj de dibujos animados. Y en este caso, está en nuestro país. Y aquí comienzan los problemas si uno no tiene la mente abierta. Muy, muy abierta. La representación que hace de España es, cuanto menos, irreal, y uno termina preguntándose si merece la pena que use este país para representarlo con ideas tan anticuadas y una monarquía con un príncipe llamado Julián tan peculiar. De hecho, reto a cualquiera a imaginar la pedida de mano que Brown plantea. Además, y rizando el rizo, la ayudante decorativa que Langdon consigue en esta ocasión y a la que llamaremos por el nombre de pila, Ambra, es nada menos que la directora del museo/prometida del príncipe. ¡Ahí es nada, Dan Brown! El trío lo finaliza esa suerte de Siri que nos presenta como ayudante del difunto genio asesinado. Y sin embargo, no contento con esto, a mi lo que me ha resultado más pintoresco es A. Y no digo más porque de verdad, forma parte de la diversión descubrir por vosotros mismos a este personaje.
Por lo demás la novela viene a ser Langdon buscando desesperadamente una contraseña, que de verdad, si los wifis de las casas tuvieran contraseñas tan complicadas nadie nos piratearía internet, y la ciencia iluminando lo que la religión oculta. Y es que no hay novela de Brown en la que la religión no sea oscura, secreta y, casi casi, terrible. En cuanto a las localizaciones, y sustos a parte que alguno me he llevado, quitando el museo de Bilbao, me han parecido más bien anecdóticas, casi apuntes para una futura localización de escenarios más que de escenas. Y lo mismo podría decir de las subtramas que, lejos de interesarme, me han parecido supérfluas y con poco interés. En realidad, alguna no tenía demasiada relación con la historia y, la verdad, tampoco la hubiera echado de menos en caso de haber “adelgazado” al libro. Dicho esto y con una resolución que, si eresavispadillo, te hueles, lo que no le perdono a la novela es que me he aburrido. no esperaba frases para enmarcar, pero sí un mínimo de acción, unos cuantos puzzles y mucha intriga, y no lo he encontrado. Supongo que, ya que ahora lo leemos imaginando a Tom Hanks, ese será el destino final de la película… digo, novela, pero como libro, me ha resultado insulso, más aproximado a la ciencia ficción (como concepto y no como género) que a la ficción y con una tendencia casi exasperante a dilatar momentos supuestamente reveladores (y otra a que todo sea lo más de lo más, pero eso ya lo sabía y me resulta casi divertido).
Por cierto, no os voy a contar el secreto que quería desvelar Kirsch, pero me encantaría que, cuando lo vayáis leyendo, me comentéis lo que os parece.
Origen me ha parecido, con diferencia, la historia más diluida de la saga de Langdon. Creo que le ha faltado fuerza y credibilidad.
Y vosotros, ¿cuál es la última novela que os tuvo pegados a sus hojas?

 

Por Entre montones de libros