Verum in nubibus de Ricardo Martínez-Conde

Tengo que afirmar que no gusto, por lo general, de antologías o compendios, aunque en Verum in nubibus el autor ya nos advierte que no lo es. Lo que creo que sí que es cierto es que el poemario tiene tres partes muy diferenciadas pero con unas nubes que van dejando caer la misma lluvia por todas ellas.
Tal vez un día es el regreso a un lugar ya conocido, a un sitio sonde encontrar sosiego. Creo que esto mismo ya lo comenté en algún trabajo anterior: volver a paisajes reconocibles. Estéticamente sabemos lo que nos vamos a encontrar en la poesía. Leer Tal vez un día es llegar a un sitio que reconforta, lo que es muy de agradecer.
Versos que hacen que al lector se le remueva algo por dentro:
Un día solitario del invierno / una flor le retuvo en el camino / y la nieve le cubrió.
Luego / la penumbra cayó con el día / y la acuosa niebla le guardó / de ser noche.
La vida no juega largo tiempo con envites / de sombra, como a veces soñamos, y es / bien cierto que a poca espera habida, / el gorrión volverá a su lugar de siempre / y el sol al río.
El paisaje como reflejo del alma humana y su transmutación en verso. El Amor adueñándose del poema. Y, siempre, el aforismo:
El espejo nos remite / al mundo contenido en el espejo.
En ¿El cielo tiene destino? la poesía se asienta en la reflexión, en la mirada:
Es diciembre. El paso sencillo / es la virtud. ¿Quién querría ir más allá / de cuanto ha sido? Es el mirar. / Es el anhelo
Cada hoja que ha quedado en el árbol / define un gesto, todavía incierto
Para mi estamos en la parte otoñal del poemario, en el silencio encontramos la serenidad
Parece que todo duerme: la cualidad del que espera
Agradecí especialmente (cuando digo especialmente es, más que las partes anteriores, pues muchas veces al decir esto parece que se quiere dejar por debajo las otras partes comparadas) la lectura de El efecto de la luna, donde a veces la poesía parece hacerse discurso, intercambiarse con lo narrativo. Estilísticamente es la parte más (gratamente) sorprendente. ¿Acaso esta parte fue escrita antes que las otras?
La verdad, gusté (y mucho) de Verum In nubilus. Lo que no tengo claro (tengo razones a favor y en contra) es de si preferiría ver los tres trabajos sueltos (y ampliados, evidentemente) o en este formato.
Mientras me lo sigo pensando, sólo puedo felicitar al autor

Por Nacho Alonso