El primer caso de un investigador que tiene un peculiar sentido de la justicia y que se enfrenta a una misteriosa muerte que sacude la aparente tranquilidad de la Florencia de los años sesenta. Un título imprescindible para los aficionados al género con un personaje en el que encontramos ingredientes de otros protagonistas ya legendarios en el género como Montalbano, Wallander o Guidetti, pero dándole su propio toque diferenciador y con voz propia.
El inicio de la novela en Florencia, en el caluroso verano de 1963. La banal rutina veraniega se ve interrumpida por la aparición del cuerpo sin vida de una anciana señora en su villa del siglo XVII. Las circunstancias de la muerte y la autopsia realizada por Diotivede, el forense de confianza y amigo de Bordelli, inducen a pensar que se trata de un crimen.
El comisario, poco amante de las reglas y más partidario de seguir su propio código ético, inicia una investigación que le va poniendo en contacto con los familiares y personas que solían frecuentar a la víctima. Se sumergirá en un nido de cuervos, desvelándose secretos y miserias que irán saliendo a la luz.
Bordelli tiene 53 años, es soltero, vive su soledad esperando a la mujer de su vida, esa que nunca llega por más que lo desee, tiene un carácter melancólico marcado por una guerra en la que combatió contra los nazis, la experiencia vivida le ha hecho convertirse en alguien descreído e insatisfecho que perdió el idealismo de la juventud: “Cuando regresé de la guerra tenía la esperanza de haber contribuido a librar Italia de la mierda, pero en cambio no dejo de ver montañas de mierda por todas partes…”.
El protagonista tiene también un peculiar sentido de la justicia, su jefe le llega a calificar como alguien peculiar, le recrimina su forma de actuar, aunque en el fondo sabe que no puede hacer nada “contra los sistemas de Bordelli porque era un excelente comisario, porque la comisaría al completo le apreciaba y porque todos sabían que al fin y al cabo él tenía razón. Había demasiada miseria por todas partes”.
En la compleja investigación Bordelli contará con la inestimable ayuda de su amigo el forense, pero también del joven Piras, un policía de 19 años hijo de un antiguo compañero que se define como alguien que “siempre me ha gustado descubrir lo que se esconde detrás de las cosas, sobre todo cuando a primera vista parece todo normal”. El joven también le hará rememorar viejos tiempos.
La trama se desarrolla de forma tranquila, pero sin hacerse lenta, la investigación avanza de forma adecuada, se van produciendo las revelaciones correspondientes mientras vamos descubriendo también a los diferentes personajes secundarios que rodean al protagonistas y que enriquecen la trama más allá del caso policial. El desenlace culmina con acierto una novela bien escrita, con un gran protagonista, unos interesantes secundarios y una trama entretenida.