Wayward Pines. El paraíso, de Blake Crouch (ed. Destino, 2015) es la novela en la que se basa la serie de televisión de la FOX “Wayward Pines, escrita y dirigida por M. Night Shyamalan (El Sexto Sentido) e interpretada por Mat Dillon. Una serie que ha levantado gran expectación y que algunos ya denominan el nuevo Twin Peaks, la mítica serie de los 90 de David Lynch.
Pero como este blog está dedicado a los libros y no a las series de televisión, vamos a centrarnos en la novela. En primer lugar señalar que tiene un ritmo cinematográfico, y una trama, unos escenarios y personajes que la convierten en ideal para ser trasladada a la pantalla. En cuanto a sus parecidos con Twin Peaks, el autor explica en el epílogo su pasión por la serie de Lynch, que vio siendo adolescente, y explica cómo esta novela es el fruto de sus esfuerzos por hacer una particular tercera temporada de la serie y seguir experimentando las sensaciones inolvidables que esta le produjo. ¿El resultado? Una novela espectacular, de las que se leen de forma compulsiva, por lo que en primer lugar mi recomendación es que comiences a leerla un día en el que no tengas otra cosa que hacer porque desde el momento en el que te adentres en la historia no vas a despegarte de libro hasta que llegues hasta el final.
En cuanto a sus parecidos con Twin Peaks, solo los encuentro al comienzo, con el agente federal Ethan Burke dirigiéndose al pueblo de Wayward Pines, para buscar a dos compañeros que han desaparecido en el lugar durante una investigación. Pero a partir de aquí, la novela se aleja completamente de la trama de la serie de Lynch, manteniendo solo el ambiente de misterio en medio de un lugar idílico, ubicado en un valle escondido. Si hay que buscar referentes, podemos encontrar algo de títulos como Expediente X, Perdidos, Fringe, El prisionero o Persons Unknown.
Pero mi recomendación es que te olvides de todo esto y te centres únicamente en la novela, que te dejes seducir por una trama original, sorprendente, que nos va sacudiendo con golpes de efecto y giros desconcertantes, que convierten la lectura en una montaña rusa de emociones. Suspense, ciencia ficción, terror, thriller psicológico, amor; son muchos los géneros por los que se mueve la novela y que nos van ofreciendo las diferentes piezas sueltas de un puzle imposible, que parece no tener sentido, como todo lo que ocurre en Wayward Pines.
çY para completar la propuesta y, al contrario de lo que ocurre en algunas de las series antes citadas, la novela tiene un final, el autor no se ríe del lector y hay una explicación a todo lo narrado. Como suele ocurrir en estos casos, cuando se desvela el misterio, la trama pierde fuelle, la gracia está en desconocer qué está sucediendo. Pero es necesario encontrar una explicación a la historia para no terminar con la sensación de que el autor ha ido dando tumbos sin un destino, inventado episodios sin ningún sentido, algo que últimamente se ha convertido en un vicio recurrente en los guionistas.
Y tengo que decir que, sea cual sea la opinión que cada uno tenga sobre el final, la novela es redonda, un disfrute de principio a fin, una lectura diferente, una de esas tramas originales que llegan cuando parece que ya no se puede ofrecer un argumento novedoso. No sé si la serie estará a la altura de la novela. Lo tiene muy difícil. Pero me da igual. Yo ya he tenido el privilegio de saborear una novela que, además de sorprendernos y entretenernos, nos invita a una reflexión crítica sobre la sociedad actual.
He llegado al final de la reseña y os habréis dado cuenta de que no os he contado nada sobre su argumento, solo un par de líneas sobre el protagonista. Así debe ser. En este caso dar alguna pista sobre la trama sería un crimen imperdonable. Peor que el de Laura Palmer…