Ovni 78 de Wu Ming

Platillos volantes, atentados terroristas, una comuna alternativa, extrañas desapariciones…, son algunos de los materiales que componen el último libro del colectivo Wu Ming, un grupo de autores italianos capaces de darles coherencia y, sumergiendo al lector en una narración absorbente, destilar un mensaje político a partir de ellos.

Como en otras de sus obras sorprende la variedad de personajes y tramas, tanto como la facilidad para enredar a unos y entrelazar a las otras. En Ovni 78 las líneas argumentales se despliegan a partir de la misteriosa desaparición de dos jóvenes scouts en un monte, el Quarzerone, cargado de leyendas. En una de las subtramas la antropóloga y militante de la nueva izquierda Milena Cravero se dedica a estudiar a un grupo de entusiastas ufólogos, acompañándolos en sus actividades e incluso asistiendo a un congreso del ramo. En el viaje conocerá a una serie de pintorescos personajes incluyendo a Jimmy, que se define como ufófilo, amante de lo indefinido y extraordinario.

Por su parte, el expartisano Martin Zanka es un famoso autor de libros sobre colonización extraterrestre, enredado en la redacción de su última obra con la que pretende seguir destronando al engreído Homo sapiens. El personaje se inspira en la figura de Peter Kolosimo, autor italiano defensor de la hipótesis de los antiguos astronautas. En otra de las tramas el hijo de Zanka ha conseguido desintoxicarse en una comuna próxima al Quarzerone, y comparte una relación, y quizás un hijo, con la heredera y propietaria de los terrenos.

Las diversas historias sostienen el interés por sí mismas pero, como no podía ser de otra manera, se cruzarán y Milena y Zanka coincidirán en el congreso de ufología, entrando en contacto, más adelante, con el guarda forestal que se encargó de la búsqueda de los jóvenes. La resolución del enigma, para el que se barajan hipótesis como el accidente, el crimen o la abducción, sostiene la tensión del texto hasta el final. Una tensión ausente en el caso de otra desaparición por su conocido desenlace: el secuestro del líder de la Democracia Cristiana Aldo Moro a cargo de las Brigadas Rojas, un dramático suceso que sirve de telón de fondo a la narración.

Y es que estamos en 1978, un año de violencia política y, quizás como reacción a esta según algún personaje, de multitud de avistamientos. Es el año del estreno en Italia de Encuentros en la tercera fase, al que asiste Milena con sus ufólogos. Pero también el final de la década en la que se popularizan dos textos seminales cuya influencia resaltan los autores: El retorno de los brujos, ese compendio de temas misteriosos reunidos por Pauwels y Bergier que abrió las puertas a tanta superchería, y El mundo de la música pop, el intento de Rolf-Ulrich Kaiser por dar carta de naturaleza al género. Dos textos que se corresponden con sendas vías de escape para algunos atribulados personajes, porque la música también juega aquí su papel, especialmente el krautrock alemán, ese rock progresivo electrónico que despacha Jimmy en su tienda de discos.

A lo largo de la lectura van surgiendo ciertos comentarios, giros argumentales, acciones de los personajes, que parecen remitirnos al texto que los contiene. Así, el cambio de actitud de Milena y Zanka respecto a sus proyectos buscándoles alguna utilidad social, parece corresponderse con el salto que los autores de Ovni 78 dan desde una historia de misterio y alienígenas a otra más terrenal y política, pasando, como sus personajes, de lo fantástico a lo real. De igual forma la aparición de la violencia en la idílica comuna corre paralela al relato de los atentados neofascistas de la época.

Se pondera aquí el impulso inconformista de aquella ciencia ficción que buscaba otros mundos posibles, nada que ver con la posterior invasión de distopías que parecen considerar inevitable la perpetuación del sistema. Una búsqueda de otras vías como la de aquellos, Sciascia o Moravia entre ellos, que se negaban a tener que escoger entre la clase dirigente y las Brigadas Rojas.

Ovni 78 es pues un estupendo ejemplo de cómo transmitir ideas mediante un envoltorio enormemente entretenido, una habilidad que el colectivo ya demostró con creces, bajo el nombre de Luther Blissett, con Q, aquella monumental novela histórica sobre los conflictos en la Alemania del siglo XVI.

Rafael Martín