
Por ser de donde soy, siempre oí hablar a mis mayores de la presunta organización anarquista que a principios de la década de 1880 actuó no solo por la provincia de Cádiz, sino en otros puntos de Andalucía. Se supone que cometían asesinatos y prendían fuego a los campos como protesta contra los abusos de la burguesía ante los jornaleros del campo, gente sobreexplotada y mal pagada. Esto no es más que la superficie de un caso que escondía mucho más. El trasfondo que se oculta tras ello es de lo más interesante, y demuestra lo poco que hemos avanzado un siglo y medio después, sobre todo al sur del sur, donde la sombra del señorito sigue siendo alargada.
Parece que a Daniel Corpas también le atrajeron los acontecimientos relacionados con esta supuesta organización. Tras una exhaustiva y meticulosa investigación, nace la novela homónima La Mano Negra. Entre sucesos reales, otros ficticios —al igual que los personajes que pueblan sus páginas, unos existieron, otros surgieron de la imaginación del autor—, nos narra una historia cuyo contexto son los hechos acontecidos en los años en que se supone actuaba esta asociación secreta.
Es la primera novela de Daniel, pero podemos comprobar, por su curriculum, que ya posee una vasta experiencia en eso de narrar historias. Con una trayectoria de más de dos décadas como guionista, escritor y dramaturgo, licenciado en Comunicación Audiovisual y diplomado en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, ha sido creador de series como Cuando nadie nos ve, Sequía o Malaka, y guionista tanto de las ya mencionadas como en otras tan reconocidas como El Ministerio del Tiempo.
Ya de entrada se nota la experiencia del autor en eso de plasmar negro sobre blanco. De forma pulcra, nos hace llegar una historia repleta de misterio y acción, pero sobre todo cargada de humanidad, porque si de algo va esta novela, es sobre las personas. Sus trabajados personajes encarnan las emociones que envuelven esta historia de injusticia y de como el poder de unos pocos es capaz de dirigir las vidas de la mayoría para que prevalezcan sus propios intereses.
A través de estos subterfugios conoceremos a Quirós, un juez integro pero que por causa de traumas personales y adicciones, disfruta de una excedencia cuando es requerido para que viaje desde Madrid a Jerez de la Frontera. Su encargo es investigar la muerte de varios hombres en distintas localidades gaditanas, pero que tal vez exista algún nexo en común. A pesar de sentirse reacio a cumplir el encargo, se encamina hacia la ciudad gaditana. A lo largo de la investigación se encontrará con las trabas que pone un capitán de la Guardia civil llamado José Oliver, y cuyos intereses parecen más conducidos a implantar su propia ley en connivencia con la alta burguesía de la ciudad, más que justicia.
Juana, una joven periodista que trata de abrirse paso en un mundo exclusivo de hombres, puede ser la única ayuda que el juez reciba para intentar esclarecer la verdad que envuelve tanto el caso de los asesinatos, como de los hechos derivados de una inminente huelga de trabajadores del campo, hartos de pasar hambre y fatiga.
Daniel nos muestra en la parte real de la narración, como eso de las fake news no es un fenómeno tan nuevo como su anglicismo. Esto de manipular a través de los medios ya viene de antiguo, dejando patente como aquellos señoritos eran capaces de los actos más viles con tal de seguir manejando al pueblo llano. Tejiendo mentiras y manipulaciones para azuzar al pueblo contra sus propias gentes, acudiendo a la mentira y el asesinato para evitar la sublevación de aquellos a los que consideraban inferiores, y para que estos no defendieran ya no solo sus derechos, sino sus propias necesidades.
Esta novela ve la luz gracias al nuevo sello istoria del Grupo Planeta. Este sello, dedicado al género histórico, nos presenta la novela de Daniel en tapa dura en una edición muy bonita a la que acompañan planos a todo color de los escenarios donde se desarrolla la acción.
Conozco bien los escenarios que acogen la trama —esta es una poderosa razón por la que a veces elijo mis lecturas— y debo reiterar el gran trabajo de investigación que ha ejercido Corpas, ya no solo a los hechos acontecidos y que son el contexto de la novela, sino la exactitud de los escenarios que la acogen, siendo de una sorprendente exactitud, conociendo hasta los rincones más recónditos.
Gracias al estilo de Daniel y a la brevedad de los capítulos que componen la historia, las distintas subtramas y los numerosos personajes no provocan confusión, ni el lector se sentirá perdido en la narración. Todo lo contrario, devorará esta entretenida novela que también lo hará sufrir.
Novela histórica que destapa una etapa tan oscura como desconocida de nuestra historia, cuyas consecuencias no solo llegan hasta nuestros días, sino que parece ser estamos volviendo a vivir.