
Manuel Vilas (Barbastro, 1962) se ha consolidado con una de las personalidades de mayor proyección de la literatura española del siglo XXI. Tras cursar Filología Hispánica, ejerció durante más de veinte años como profesor de secundaria en diversos institutos. Alcanzó en primer lugar renombre como poeta, publicando sucesivamente El cielo (2000), Resurrección (2005; XV Premio Jaime Gil de Biedma), Calor (2008; VI Premio Fray Luis de León), Gran Vilas(2012; XXXIII Premio Ciudad de Melilla) y El hundimiento (2015; XVII Premio Internacional de Poesía Generación del 27). Su poesía completa fue compilada por primera vez bajo el título de Amor en 2010 y luego, en una edición ampliada, como Poesía completa en 2016. Sus poemas destacan por su carácter autobiográfico y existencial, así como por su representación crítica de la España actual, con todos sus problemas políticos y económicos.
Su trayectoria narrativa se inició con España (2008), que fue elegida por la revista Quimera como una de las diez novelas más importantes en español de la primera década del siglo XXI, Aire nuestro (2009; Premio Cálamo), Los inmortales (2012) y El luminoso regalo (2013), una particular aproximación al erotismo. También en el campo de la narrativa, ha publicado los libros de cuentos Zeta (2014) y Setecientos millones de rinocerontes(2015), además de dos volúmenes inclasificables, Lou Reed era español, en la que mezcla la memoria juvenil y una recreación imaginativa de los viajes del antiguo líder de la Velvet Underground por España y Listen to me, una recopilación de sus estados de Facebook. Ha sido galardonado con el X premio Llanes de Viajes y el Premio de las Letras Aragonesas de 2015. Ha colaborado con diversos medios, como el Heraldo de Aragón y El Mundo, y en la actualidad lo es de los periódicos del grupo Vocento, así como de los suplementos literarios Magazine (La Vanguardia), Babelia (El País) y ABC Cultural (ABC). En la actualidad, ya dedicado exclusivamente a la literatura, reside entre Madrid y Iowa City.
Pero a pesar de su distinguida carrera como poeta y narrador, sin duda su libro de mayor éxito tanto entre público como para crítica, ha sido Ordesa (2018), en el que el autor indaga en su relación con los padres ya fallecidos y que también sirve como retrato de una sociedad y de un país, España, con el que tiene «una relación de amor y de odio». El escritor ha explicado así la génesis de este libro: “Comencé a escribir Ordesa unos cuantos días después de la muerte de mi madre. Mi madre murió en mayo de 2014. Me divorcié en las mismas fechas en que mi madre murió. Me visitaron en aquellos meses un montón de sentimientos que no sabía que existían, tenían un aire espectral. A pesar de ver espectros por todas partes, había belleza en los adioses que estaba presenciando: el adiós a mi madre, el adiós a mi matrimonio, y el adiós a mí mismo”.
Manuel Vilas fue finalista del Premio Planeta 2019, con su novela Alegría. En 2022 publicó Los besos, una novela situada en los inicios de la epidemia del COVID-19. En 2023, ganó el Premio Nadal con su novela Nosotros.
En 2024, publicó Amèrica, un libro de no ficción en el que relata sus impresiones y experiencias que ha recogido a lo largo de sus muchos viajes por Estados Unidos. Y también la novela autobiográfica El mejor libro del mundo.
Me llamo Lucy Barton de Strout, Elizabeth
«Una forma de narrar que hipnotiza.» Manuel Vilas
Lucy Barton se está recuperando lentamente en el hospital de lo que debería haber sido una operación simple. Desde la ventana de su habitación, en pleno centro de Manhattan, el edificio Chrysler se ilumina cada noche marcando el paso del tiempo, que avanza lento. Su madre, con quien no ha hablado en muchos años, viene a verla. Las dos mujeres pasarán unos días juntas, entre silencios y pequeños chismes sobre las vidas de personas que Lucy dejó atrás hace tiempo al irse de casa para perseguir su sueño de ser escritora en la gran ciudad.
Pasado y presente se mezclan en esa pequeña habitación, que durante cinco días y sus cinco noches ve cómo dos mujeres hacen equilibrios en la fina línea que separa el amor del dolor.
Los santos inocentes de Delibes, Miguel
«Tiene el lector en sus manos una de las grandes novelas de la literatura en español de todos los tiempos. Conviene decirlo ya desde el primer momento: Los santos inocentes de Miguel Delibes es una cumbre artística y literaria, una obra perfecta. La novela fue publicada en 1981 y no ha dejado desde entonces de sumar lectores y ediciones, hasta convertirse en un clásico popular de la cultura española.» MANUEL VILAS
En la Extremadura profunda de los años sesenta, la humilde familia de Paco el Bajo sirve en un cortijo sometida a un régimen de explotación casi feudal que parece haberse detenido en el tiempo pero sobre el que soplan ya algunos aires nuevos. Es época de caza y Paco se ha tronzado el peroné. Las presiones del
señorito para que lo acompañe en las batidas a pesar de su estado sirven para retratar la
crueldad y los abusos de una clase instalada en unos privilegios que considera inalienables y que los protagonistas soportan con una dignidad ejemplar.
Un hijo cualquiera de Halfon, Eduardo
«El último libro de Eduardo Halfon es una maravilla, convierte la vida familiar y cotidiana en un misterio y en un milagro. Me ha encantado. Gran literatura.» Manuel Vilas
«Escribí las historias que componen este libro durante los últimos cinco años, es decir, durante los primeros cinco años de la vida de mi hijo. Y aunque las historias de un escritor se le van cruzando como peatones o gatos en el camino, llevo cinco años caminando y escribiendo mientras sostengo en mi mano la mano de un hijo que entra y sale de esas historias, y que corre a esconderse en algunas de ellas, y que a veces hasta me susurra las suyas. Un hijo que, de pronto, me obligó a escribir como padre.» En los textos reunidos en este nuevo libro de Eduardo Halfon, la paternidad –con sus vulnerabilidades y fortalezas– es a menudo el lente a través del cual el autor revisita algunos de los temas predilectos de su universo literario. Halfon escribe sobre la infancia, el desarraigo, la muerte, la vocación de escritor o la búsqueda de la propia identidad con una economía de medios inversamente proporcional al resultado obtenido. Un libro luminoso y valiente que está entre los más personales del autor, considerado ya uno de los escritores más relevantes de la literatura latinoamericana reciente.
La última función de Landero, Luis
«Landero es uno de los grandes escritores de este mundo.» Manuel Vilas
Un grupo de amigos jubilados todavía recuerda la tarde de aquel domingo de enero de 1994 en que un Tito Gil maduro hizo su aparición en el bar restaurante del pueblo, en la Sierra de Madrid. Lo reconocieron por su prodigiosa voz. Regresaba a su lugar natal el afamado actor, el niño prodigio, la gran promesa teatral que parecía haber triunfado en los escenarios de la capital, o tal vez de medio mundo. Quizá en busca de notoriedad, Tito Gil no tardará en proponerles una gran representación colectiva con la que revitalizar el turismo y atraer a gente. Será la última oportunidad de evitar el despoblamiento paulatino. Nadie parece resistirse, pero necesitan a una gran actriz que le dé a él la réplica. En esas fechas, Paula, una mujer que ha visto aplastados sus sueños por la rutina laboral, toma el último tren en Atocha y despierta, sin saberlo, en la estación de un pueblo para ella desconocido.
Bajo el sortilegio de un relato oral colectivo, en La última función Luis Landero vuelve a deleitarnos con la fascinación de una historia y de unos personajes que parecen salir de la bruma y tomar la escena para sentirse transformados. Una historia de amor inesperada, y un sinfín de personajes secundarios humorísticos y admirables que culminan en un magistral desenlace.
La gente no existe de Ferrero, Laura
«Historias afiladas, vidas fotografiadas en el momento de la verdad, este libro tiene encanto y pasión, te muerde el alma con misterio y con belleza.» Manuel Vilas
Una mujer se enamora de un vecino por cómo cuida las plantas de su terraza. Un hombre organiza una fiesta con todos sus seres queridos para celebrar el final de una larga enfermedad. Una niña acompaña a su madre a ver pisos que nunca podrán permitirse y un padre lleva a su hija adoptada a conocer a su madre biológica… En estos relatos hay amor y desamor. Hay ausencia y culpa. Hay esperanza. Están los que celebran el hoy y lo que está por venir, y otros que prefieren vivir en las expectativas, donde se sienten protegidos. Los que pueden, olvidan. O no del todo. O no siempre. Algunos no creen saber qué es existir ni desear, ni qué hace que una vida sea una vida. Pero ¿alguien lo sabe? Las historias de La gente no existe narran lo íntimo, aquello que solo somos capaces de contar en voz baja, lo que nos ocurre cada día. Y nos deslizamos por ellas comprobando que «el camino de la emoción sin impostura que ha transitado Ferrero es uno de los que lleva a la gran literatura».