LA SOLEDAD DEL ESCRITOR DE FONDO.

Por: Damián Patón

El novelista y poeta catalán revela los detalles de por qué escribió su nueva novela “Soberbios y melancólicos” (Huso Editorial, 2025), una obra que no está dejando indiferentes a los lectores. Acaso, si somos justos, al final del año habrá que tomar en cuenta este libro como uno de los descubrimientos más sobresalientes.

Damián Patón estará presentando su novela el 22 de febrero, a las 18:30h, en la librería Documenta de Barcelona.

Existe una artimaña secreta abierta como una trampa, justo en el momento de saltar a la página en blanco para escribir: el doloroso o revelador secreto sagrado de hablar, hablarte, hablaros de quienes somos. En la Soledad de todo escritor de Fondo, cuando tienes que abrir tú alma, siempre surgen las heridas-al menos en mi caso-, y es así, como surgió-como brotaron cientos de historias. Al escritor en la sombra; el escritor en su soledad de fondo, las editoriales y quienes apenas conocen su existencia, le dejan solo, ante el azar de promocionar su obra. Eso, también atañe a Soberbios y Melancólicos. Soberbios y Melancólicos, explotó en plena pandemia, con el bozal en la boca, encerrado con mi hijo autista en casa, leí los versos de Antonio Machado de su poema: He andado muchos caminos:
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra.

En la prisión, a las que nos sometieron a todos sin contar con nuestro consentimiento, y para dosificar mi impotencia y mi rabia, resultó extremadamente duró para mí, solidificar en palabras mis experiencias. La gente me parecía hostil. Durante ese tiempo, arreciaron los recuerdos: alguien que muere solo durante la pandemia. Todos vigilan a los otros, controlando si llevan bozal o incumplen las normas de la penitenciaria. La persecución a los no vacunados. Los Soberbios que dominan sobre nosotros; los Melancólicos. Los melancólicos apresados en la soledad de nostalgias imposibles de recuperar. El recuerdo de una mujer abusada por su madre y su padre, luego ingresada en un orfanato de monjas, dónde a su vez las monjas abusaron de ella siendo niña. La cultura woke-o la imposición de “lo políticamente correcto”-, como censura y opresión a un profesor que se negó a decir: Todos, Todas, Todex y el cumulo de majaderías que abundan por doquier. El mundo literario, con sus hienas, sus envidias, sus escritores en la sombra, cuasi desconocidos, dejados de la mano de Dios, por las editoriales, para que les resuelvan la papeleta. Toda una crítica al mismo sistema. La soledad de los ancianos durante la pandemia. La mirada del chico autista discapacitado intelectual, con respecto al mundo. La dolorosa función del exalcoholico en busca de sí mismo y del amor de los suyos…Por eso escribí Soberbios y Melancólicos, aproximándome a los humildes y a los soberbios, como subyace en algunos personajes. Quizás pueda ser duro y desgarrador, pero por sus páginas, quise derramar la sencillez, personajes “bruscos, vulgares”, como habitan en la vida real, pero desde la óptica “de la literatura”, sin que, a resultas, pareciera un mero cuaderno de campo, en el que anotar como en un diario, sucesos sin mas trasfondo. Como todo escritor solitario, con mi soledad de escritor de fondo, los personajes humildes y soberbios, melancólicos y prepotentes, luchan contra la soberbia de los propios humildes, descuadrando el paradigma de la vida misma. Hubo momentos, escribiendo Soberbios y Melancólicos, que “desgarraban mi alma”, huyendo de lo que llaman realismo mágico, para acercarme al mágico realismo de la dureza de los hechos.  No existe plan prefijado. No es un libro de relatos, sino una novela en la que descuellan distintos personajes, con el nexo común del escritor, casi como una rueda…La rueda de la vida y de los hechos. Quizás, en determinados momentos el libro resulte desestabilizador o “crudo”. No cierres los ojos. Esa es la cuestión. NO se trata de concienciar. Escribir es leer y leer es escribir en cierto modo. Cada lector lee su libro, porque lo escribe en el paradigma de la subjetividad. Soberbios y Melancólicos, es la selva donde la sagrada revelación de la vida, desluce el color rosa, para añadir los distintos matices de grises. Así escribí Soberbios, durante la pandemia. Me resultaba en ocasiones grato escribir. En otras, durísimo. Añadí historiales reales, adaptadas al marco de la historia que deseaba contar. Por supuesto no explico todo lo que ocurre en la novela. Eso es vuestra labor. El libro está editado pro Huso Editorial y será presentado el 22 de febrero a las 18:30, en la librería Documenta en Barcelona. Por favor, asistan los melancólicos, y acompañen la Soledad del Escritor de Fondo. Yo solo abrí mi alma, para que ustedes leyeran lo que ella absorbió de otras almas. De verdad. De verdad. Créanme.

Damián Patón Fernández.