Luis Zueco ha vuelto a demostrar ser uno de los mejores autores de novela histórica. Iba a señalar que en español, pero quien conozca su obra, estará de acuerdo conmigo en que nuestras fronteras no pueden poner límite a este conector comparativo, y que sale bien parado —odiosas comparaciones— frente a escritores del género sean cuales sean sus nacionalidades.
Borjano de nacimiento, director de dos castillos hoteles, formado como ingeniero y licenciado en Historia, posee un Máster en Investigación Artística e Histórica, llevándolo a poder ejercer su otra gran pasión: el estudio y divulgación de los castillos. Todo esto no hace más que avalar la veracidad y credibilidad de este escritor a la hora de abordar sus historias.
En su décima novela, Zueco nos traslada a un periodo convulso e interesante como es el final de la Edad Media y el surgimiento del Renacimiento, este último a raíz del descubrimiento de América.
Hace dos años del primer viaje de Colón en busca de una ruta alternativa a las Indias por Occidente. Todos creyeron real la hazaña del nombrado almirante en las Capitulaciones de Santa Fe. Ahora embarcado en su segundo viaje, la reina Isabel la Católica, regente del mayor imperio, mediante complejas estrategias y enlaces, trata que su legado permanezca inalterable incluso después de su muerte.
A su vez, Noah, un joven flamenco, escapa de su hogar acusado falsamente de asesinato. Irónicamente, gracias a la huida conseguirá cumplir su sueño de viajar a lo largo del mundo conocido. Gracias a su curiosidad e inteligencia, se convertirá en un experto cartógrafo. Lo acompañaremos por las ciudades más fascinantes y relevantes de tan marcado periodo histórico como son Florencia, Barcelona, Sevilla, Cádiz… gracias a la experiencia que va adquiriendo, descubrirá que Cristobal Colón no es totalmente sincero, y que oculta datos de donde ha arribado realmente, puesto que no hay mapas que respalden su tesis, por lo que tratará de esclarecer los hechos ocultos.
El joven Noah, cruzará su camino con María, una mujer que también viaja buscando al almirante, pero no para rebatir sus descubrimientos, sino con otros oscuros propósitos. Ambos tratarán de sacar a la luz la verdad que oculta el famoso marino.
A través de su entretenida narrativa, el autor nos traslada a momentos trascendentales de la Historia. Combinando personajes históricos con ficticios, Zueco nos hace partícipes, como espectadores de primera fila, de esos hechos. Presentándonos como partenaires de los protagonistas, nos codearemos con personajes históricos que reescribieron la Historia.
Prescindiendo de tediosas descripciones, Zueco nos posiciona en los escenarios y paisajes de manera ágil, lo que evita el aburrimiento provocando que su lectura resulte rápida y adictiva, puesto que las tramas no dan tregua al lector, y sus más de seiscientas páginas se nos antojan breves. Su lectura también se ve espoleada gracias a sus breves capítulos y la perfecta combinación de las distintas subtramas, las cuales convergen de forma natural, sabiendo donde estamos en todo momento y tejiendo un desenlace a la altura de tan magnífica novela.
Es admirable como este escritor entrelaza la ficción con la realidad, demostrando un arduo trabajo de investigación, consiguiendo coherencia y verosimilitud a todo lo acontecido en sus páginas.
Zueco demuestra una vez más que maneja los tiempos y las tramas de forma magistral, tejiendo una historia solida, emocionante y entretenida.