BREVIARIO DE SANTA ANA de JORGE FERNÁNDEZ BUSTOS

Brevario de Santa Ana

Editorial Adarve, 2024

Ambientada en los años primeros del siglo XVII –el Siglo de Oro español–y localizada la acción principal en Granada, esta novela supone un cruce de historias, que irá girando alrededor del Convento de Santa Ana, donde ocurrirán algunos sucesos sorprendentes.

Por un lado tenemos la historia de cómo las fundadoras del convento, Doña Sanchaescastilla Arias de Córdoba y su sobrina Bonifacia Arias Matute y Sarmiento se convierten al monacato. Esta narración es contada por la fallecida Bonifacia, y el autor coloca el texto en cursiva, ya que está contado en primera persona y desde el más allá. 

Por otra parte, el texto general va alternando las historias de cada una de las hermanas que tienen papel destacado en la acción, y está contado por un narrador impersonal. 

Curioso y sorprendente es el modo y la causa de la llegada al convento de cada una de ellas: Dorotea llega recién nacida en un capazo, depositado a la puerta del convento, cual Moisés femenina. Teresa de Toledo, nacida noble y experta en el uso del florete, huyendo tras una pelea mortal. Adoración Engracia, la campanera, tras escaparse con su enamorado y ser abandonada por él, decide ingresar en sagrado. Genoveva de Fonseca, la hermana portera, conocida como Sor Passo, entra y sale de modo casi milagroso, como milagroso es el modo en que sor Cándida, la gordita cocinera del convento, consigue alargar infinitamente la sopa boba ofrecida a los menesterosos cada día. Las pensionistas aficionadas al jugo de la amapola tienen su mundo privado, y las novicias Anna Karlsson y Milagros Expósito mantienen una relación muy especial con sor Bonifacia.

En el convento intervienen cuatro personajes masculinos: Salmonete, el musculoso y atractivo jardinero; don Garcerán Albanell, –personaje histórico que ejerció de tutor del adolescente Felipe IV hasta que accedió al cargo de arzobispo de Granada en 1621– que atiende a las monjas del convento de Santa Ana; el propio rey don Felipe IV y su secretario don Francisco de Quevedo y por último, Basilio Segundo, el sordomudo y pinche de cocina, conocido por Cuatrodedos.

Es precisamente la vida de este personaje, Cuatrodedos, cuya narración –en principio, paralela– acabará convergiendo con la conventual finalmente. La historia de cómo surge el amor entre los padres de Cuatrodedos es agradecida: Basilio Primero, el afilador, y Blanca Blanquita, gitanilla y bailarina, hija de un tabernero, el Tato, «glorioso» participante en el saco de Amberes, gitano intrigante y amigo de lo ajeno junto a su compadre el Tono. Las intrigas del Tato con el marqués don Tomás de Trasmayo, al que intenta casar con Blanca, y al mismo tiempo hacerse con un dinerito extra, son entretenidas y curiosas.

Entre las historias del convento y la taberna, se introduce la visita –histórica– del rey Felipe IV a Andalucía en 1624 y en detalle su paso por Granada,  donde intenta encontrarse con su amante María Lucientes, alias Margarita la Gollera. El lugar elegido por Quevedo para llevar al rey a aliviarse con la Gollera es, precisamente, el convento de Santa Ana. Las peripecias del asunto son muy divertidas. La narración de este incidente, siendo ficción, parece inspirado en un amorío –se supone que real– que tuvo el libidinoso rey con una monja llamada Margarita de la Cruz.

Aunque el lenguaje usado se ajusta al estilo del barroco, el autor busca distanciarse un tanto usando referencias y citas de autores o hechos posteriores en el tiempo. Sin embargo, en su conjunto, la narración se ajusta en terminología, giros lingüísticos, modos y modas al lenguaje barroco de la época en la que se sitúa la acción. Las historias son amenísimas, el sentido del humor –muy característico y habitual en la escritura del autor–  brota por todas partes, haciendo del conjunto un relato divertido, emotivo, curioso y francamente entretenido.

Fuensanta Niñirola