La chica pájaro ya está aquí

Estimados amigos:

¡Al fin ha llegado el momento! Estamos encantados de compartir con vosotros la noticia: ya está en tu librería uno de los libros más bonitos, delicados, comprometidos, conmovedores, clarividentes (se nos agotan los adjetivos)… que hayamos leído en los últimos tiempos.Y el entusiasmo es aún mayor por la bienvenida que le ha dado Rafa de Miguel con un maravilloso reportaje de El País Semanal que podéis leer ya online y que se publicará en el suplemento en papel este domingo día 8. Leer este excepcional perfil de Mya-Rose Craig es casi como colarse en las primeras páginas de Birdgirl.No podemos estar más agradecidos a la niña pájaro por haber sabido contarnos, de una manera extraordinaria, cómo la naturaleza la ha ayudado, a ella y a su familia, a vivir, y cómo ella, con un inmenso sentido de la justicia, pretende devolverle ese favor.
El equipo de Errata naturae
 
Un par de fragmentos de este artículo
«Y la gente me pregunta si actualizo constantemente diarios o cuadernos de notas para acordarme de todo, porque el libro, obviamente, está lleno de detalles», explica. «Pero en realidad no necesito nada de eso. Porque cada uno de los recuerdos que cuento en el libro está vinculado a un pájaro concreto, y cuando recuerdo su imagen, recuerdo también ese momento concreto de mi vida. Escribir este libro, en ese sentido, ha sido revisar mi vida», concluye.
La mirada de Mya-Rose se dirige hoy en todas direcciones. Su activismo la ha convertido en un personaje político de primer orden, y la delicadeza y elegancia de su escritura anticipa nuevos trabajos con relevancia futura. Pero en el paseo por la campiña inglesa de una mañana soleada de septiembre, la ligereza y humildad con que la «niña pájaro» expresa su opinión sobre el cambio climático, el racismo, el feminismo, la necesidad de combinar la conservación del medio ambiente con la justicia social, sugieren que en algún momento es posible vislumbrar, bajo esa camiseta de algodón reivindicativa, propia de cualquier adolescente, dos alas escondidas en su espalda.