Eclipse, de Jo Nesbø

Ante el auge de autores, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, del género negro, hay lectores que prefieren acudir a lo seguro. Una de esas bazas que nunca fallan es Jo Nesbø, y con Eclipse vuelve a demostrarlo.

Autor ya de sobras conocido por la mayoría, seas aficionado al noir o no, nos propicia un nuevo encuentro con uno de los detectives nórdicos más conocidos. Y es que Eclipse es la nueva entrega de la saga iniciada en 1997 protagonizada por Harry Hole.

Nesbø, aparte de sus novelas independientes, también cuenta con las sagas del divertido Doctor Proctor —serie juvenil— y la otra, muy recomendable, cuyo protagonista es Olav Johansen, un asesino a sueldo que nos caerá muy bien a pesar de su profesión. Pero es por Harry Hole por el que sentimos debilidad los seguidores de Nesbø, este músico noruego al que un día le dio por escribir.

Eclipse es ya la novela número trece en la que acompañamos a este comisario dotado de un instinto tan excepcional como atormentada está su alma.

Para quienes no hayan leído sus anteriores novelas, no quiero desvelar demasiado. Solo señalar que nuestro reencuentro con este carismático personaje será en un lugar a miles de kilómetros de su habitual Oslo. Las circunstancias que lo han llevado a la ciudad de Los Ángeles la tendréis que ir descubriendo a lo largo de la novela aquellos que no hayan disfrutado de esta saga desde el principio, pero que a pesar de recomendarosla efusivamente, no os preocupéis, Jo Nesbø es lo suficientemente inteligente como para acercarse al lector novato de sus quehaceres anteriores, evitando así que este se sienta perdido en el universo de Hole, y así pueda disfrutar de la lectura de Eclipse, haya leído las anteriores entregas o no.

En esta ciudad tan mítica de EE.UU. donde los sueños son efímeros y el glamour un breve espejismo, conocerá a Lucille, una anciana actriz alcohólica y arruinada ya retirada, que le ofrece un traje y unos zapatos caros a cambio de su protección. Mientras, en Oslo, el magnate Makus Røed es acusado del asesinato de una joven y responsable de la desaparición de otra. Ambas fueron vistas en una fiesta en su mansión. Para demostrar su inocencia, se propone contratar al mejor detective para hallar al verdadero culpable. Ese detective será Hole, que se verá obligado a aceptar para así poder salvar a Lucille, que debe una elevada cantidad de dinero a una peligrosa banda mejicana.

Con un ritmo que no da tregua y con distintos hilos narrativos que convergen en el principal con una habilidad prodigiosa, Nesbø sigue demostrando que es un maestro en el manejo de los tiempos. Se nota como, después de tantas novelas en su haber, sigue disfrutando a la hora de escribir, hecho que transmite al lector en cada una de sus páginas, manteniendo un ritmo que no decae en ningún momento, provocando que sus quinientas páginas se nos hagan cortas, como suele conseguir en cada una de sus novelas. Los personajes que pueblan sus hojas también facilita la labor, y es que a estas alturas ya los sentimos como parte de nuestra familia, pero a quienes se reencuentran con ellos por primera vez les resultaran igual de familiares. Con esos malvados bien construidos de los que es imposible no sentir lástima, e incluso cierta empatía. Todo esto se debe a que el autor no descuida ni el más mínimo detalle a la hora de realizar su labor a la hora de construir personajes, y claro, la veteranía es un grado.

También como viene siendo costumbre, Jo nos deleita incluyendo en la trama esos pequeños guiños y homenajes musicales que delatan su oficio y pasión como músico.

Nesbø vuelve a cumplir las expectativas y no defrauda, y es que sigue haciendo muy bien su trabajo, consiguiendo no solo no quemar al personaje después de tantas novelas, sino dotándolo de incluso más capas, haciéndolo crecer como nuestro propio amor por el género. Así que solo nos queda desear larga vida a Harry Hole.