7 libros de novela negra que otros autores del género recomiendan

Domingo Villar -> Plenilunio de Antonio Muñoz Molina

Un inspector de policía llega a una ciudad de provincias para investigar un horrible crimen. Obsesionado por encontrar al asesino, comienza una búsqueda acérrima, llevado por la creencia de que puede detectar en el responsable una señal de su maldad, un rasgo que lo distinga entre la población, algo en su mirada que desvele su naturaleza atroz. 

En torno al inspector protagonista, varios personajes van royendo sus propios secretos —su mujer, internada en un psiquiátrico, el padre Orduña, el forense Ferreras, la maestra Susana Grey— en un thriller apasionante sobre el lado oscuro del ser humano. 

Considerada una de las obras mayores de Antonio Muñoz Molina, Plenilunio es una novela imprescindible que trasciende el género, en la que el autor emprende su propia indagación acerca del papel de la ficción y de la educación como contrapunto para afrontar nuestro rostro más siniestro.

Claudia Piñeiro -> Irène de Pierre Lemaitre

La novela negra más original y poderosa de los últimos años.

El comandante Camille Verhoeven vive la vida perfecta: está casado con la maravillosa Irène, con la que espera su primer hijo. Pero su felicidad se resquebraja tras un asesinato inusualmente salvaje. Desde que la noticia se hace pública, la prensa lo acecha y cada uno de sus movimientos se convierte en noticia de portada.

Verhoeven descubre que el asesino ha matado antes. Cada uno de sus crímenes parece rendir homenaje a una novela negra clásica, por lo que los periodistas se apresuran a darle un sobrenombre: «El Novelista». Quienes pueden ayudar a encontrarlo se suman a la lista de sospechosos: un librero y un profesor universitario expertos en novela negra. La investigación se convierte así en un duelo intelectual, y en una aterradora carrera contra el reloj.

Don Winslow -> Los Amigos De Eddie Coyle de George V. Higgins

En el Boston de finales de los sesenta las actividades de la mafia y los Panteras Negras son dos de las cuestiones que más preocupan a la policía. Eddie Coyle, un delincuente de poca monta con buenas conexiones, se enfrenta a una condena de tres años por contrabando y su única oportunidad para evitar la cárcel es entregarle a la policía un pez gordo. ¿A quién de los pistoleros, matones y ladrones que conoce delatará? Pero Eddie también tiene que comer y, mientras se lo piensa, se convertirá en proveedor de armas para una banda de atracadores.

Considerada por muchos como una de las mejores novelas negras del pasado siglo, la publicación de Los amigos de Eddie Coyle en 1970 revolucionó el género en EE.UU. Fruto de sus experiencias como fiscal y periodista, Higgins introdujo en la novela el ambiente criminal con el que estaba familiarizado y consiguió dar a sus personajes la voz que verdaderamente tenían en la realidad. Sus diálogos, sus tramas y sus personajes se alejan de los estereotipos que hasta entonces imperaban en el género, dejando atrás las maniqueas distinciones entre buenos y malos para adentrarse en los auténticos y complejos grises de los que está hecha la vida.

Rosa Montero -> El Talento De Mr. Ripley de Patricia Highsmith

En El talento de Mr. Ripley, la más célebre novela de Patricia Highsmith, aparece su más fascinante personaje: el inquietante y amoral Tom Ripley, figura prototípica de un género que Highsmith inventó, situado entre la novela policíaca y la novela negra, entre Graham Greene y Raymond Chandler, donde el más trepidante suspense se aúna a un vertiginoso análisis psicológico.

Mr. Greenleaf, un millonario americano, le pide a Tom Ripley que intente convencer a su hijo Dickie de que regrese al hogar. Tom acepta el encargo –de paso pone tierra por medio a posibles problemas policiales– y encuentra a Dickie y a su amiga Marga, con quienes establece una turbia relación que desemboca en el crimen y el engaño.

Fernando Savater -> El Sabueso De Los Baskerville de Arthur Conan Doyle

A caballo entre el relato de misterio y el cuento de terror, “El sabueso de los Baskerville” (1902) supuso de hecho -si bien encubierto como recuerdo tardío de su inseparable doctor Watson- el regreso a la actividad de Sherlock Holmes, después de que Arthur Conan Doyle (1859-1930), cansado de la preponderancia que la figura del detective había alcanzado en su obra, le hubiera hecho desaparecer algunos años antes junto con su antagonista, el doctor Moriarty, en las cataratas de Reichenbach. Trasladado a los inhóspitos y desolados páramos de la región de Dartmoor, Holmes se enfrenta al reto de resolver un enigmático crimen relacionado con el espectro de un perro diabólico y sobrenatural, instrumento de la maldición que pesa sobre una familia.

César Pérez Gellida -> El Halcón Maltés de Dashiel Hammett

La audaz mezcla de realismo descarnado y de sentimientos románticos característica de Dashiell Hammett (1894-1961) alcanza en “El halcón maltés” (1930) su mejor expresión. Una estatuilla con figura de halcón que los caballeros de la Orden de Malta regalaron al emperador Carlos V en 1530 ha sido objeto, durante más de cuatro siglos, de robos y extravíos. Cuando tras mil peripecias llega a la ciudad de San Francisco, un grupo de delincuentes trata de apoderarse de ella, lo que da lugar a conflictos, asesinatos y pasiones exacerbadas. A ello contribuye el detective Sam Spade empleando sin escrúpulos la violencia más cruda y propiciando la creación de situaciones arriesgadas e imprevisibles, aunque siempre esclarecedora.

Donna Leon sobre El Largo Adiós de Raymond Chandler

Obra de madurez de Raymond Chandler (1888-1959), “El largo adiós” (1953) discurre a través de una compleja trama que se urde en torno a Terry Lennox –millonario consorte y veterano de guerra con el que Marlowe simpatiza a primera vista– y su acaudalada mujer. El detective no sólo encarna aquí, una vez más, una honradez y rectitud que, por raras, lindan con la extravagancia, sino que a lo largo del libro tanto él como el resto de personajes que se imbrican en la acción son matizados con una sensibilidad que hace que la novela trascienda de forma indudable las convenciones del género