Viaje a Tierra Santa, de Juan Eslava Galán y Antonio Piñero

Supongo que quien se acerque a este libro está ya enterado de los antecedentes de estos dos sabios eruditos. Así que nadie se puede llevar a engaño viendo su título y portada. Que esta obra esté escrita por Juan Eslava Galán, artífice y conocido autor de su saga para «escépticos», en la cual nos expone de una manera clara, concisa y repleta de fina ironía la historia del Mundo, de España, Primera y Segunda Guerras Mundiales, Reconquista y un largo etcétera, pasando por “El catolicismo explicado a las ovejas”, dejando a relucir su pragmatismo; acompañado en este viaje del filólogo y escritor Antoñio Piñero, especialista en la vida de Jesús de Narzaret, el judaísmo y el paleocristianismo, todo desde una perspectiva científica, ya nos vamos haciendo una idea de lo que podemos encontrar entre las páginas de este «Viaje a Tierra Santa».

El ganador del premio Planeta —por «En busca del unicornio»— Juan Eslava Galán, encarnado en Bonoso Cotufres García, vuela hacia tierra de infieles para encontrarse con su amigo Antonio Piñero —este prescindiendo de alter ego heterónomo— para comenzar su periplo en pos de la verdad por Tierra Santa, llevándoles este itinerario hasta Turquía y Grecia. En su peregrinación visitarán el monte Sinaí, para después seguir las huellas de Jesús, transitando tierras que vieron nacer religiones, pueblos y derivadas sectas. A la vez que nos hacen un recorrido por la historia de dichos lugares, nuestra pareja de viajeros irá departiendo sobre los aspectos claves del origen, extendimiento y evolución tanto de las religiones de las que surge como del propio Cristianismo. Nos harán partícipes de sus pedagógicas y entretenidas charlas, en las que cabe desde lo más trascendental como son la muerte, la resurrección…, hasta lo más mundano como puede ser la política o la gastronomía. Harán una crítica visión de las Escrituras, siempre desde el punto de vista histórico y científico, donde no caben las fábulas ni lo fantástico, tratando de aclarar de donde surge todo lo místico de las religiones. Descubriendo cómo a través de subterfugios y dobles sentidos, la Iglesia a llegado a ser el negocio más rentable en dos mil años de historia, y de cómo se ha convertido en un parque temático lo relacionado con el origen de todo este misticismo y de los lugares, se presume, donde acontecieron estos hechos de los que no hay constancia fiable de ello.

No solo de teología viven nuestros protagonistas, e irán conociendo a gente variopinta a lo largo de su odisea, los cuales servirán a su vez de narradores de hechos acontecidos tanto en el lugar santo en el que se encuentran, así como la situación que los ha llevado hasta allí, o como en el caso del conflicto palestino israelí donde descubrimos que no todo es blanco y negro, y que como en todas las historias, existen distintos tonos de gris. También podremos ver a estos intrépidos viajeros en algunas de las fotos en color que acompañan la narración. Estas aparecen en la parte central del libro, y en ellas podremos ver localizaciones y aspectos significativos a los que refieren el trayecto que van realizando a la vez que van desentrañando y desgranando cada lugar santo, ya sea natural o construidos y aparentemente conservado hasta nuestros días.

Diferentes notas a pie de página van aclarando aspectos señalándonos dónde aparece cada pasaje o referencia para constatar los hechos narrados con los discutidos a través de la voces de ambos autores. Todo ello aderezado por el fino sentido del humor de ambos, y cargado de la inteligente ironía de Bonos/Eslava, que aparte de resultar muy divulgativo, lo hace ameno despertando nuestras ganas de saber más a la vez que nos lo hace pasar muy bien.

Un libro ideal para curiosos de mente abierta que sientan curiosidad por saber cómo la mitología que rodea a la religión siga siendo un aspecto tan importante dentro de la sociedad hoy día. Y es que nos lo recuerda el propio Bonoso Cotufres, ya lo dijo Borges: «Creo en la teología como literatura fantástica. Es la perfección del género […]».