Diarios «A Ratos Perdidos 3 y 4» de Rafael Chirbes
Son los años de la lenta gestación, llena de dudas que lo llevan incluso a plantearse abandonar la literatura, de la novela que le supondría la consagración definitiva: Cre-
matorio. Son también años de incertidumbres personales: del abandono definitivo de su trabajo en la redacción, de sobremesa, que le da una nueva libertad; de amigos que fallecen; de fugaces encuentros sexuales, entre el deseo y la decrepitud, porque el cuerpo ya no es joven; de crecientes desengaños… Pero siguen muy vivos los entusiasmos de siempre; las películas clásicas que traen momentos de felicidad y las lecturas incansables, sagaces y variopintas: Montaigne, La Celestina, La Regenta, Baudelaire, los cuentos de Poe, la Suite francesa de Némirovsky, los diarios de Jünger, Ellroy… Y también los viajes a varias ciudades: Nueva York, Berlín, París, Barcelona…
Diarios y cuadernos de Patricia Highsmith
Patricia Highsmith, que en vida se ganó fama de misántropa y mantuvo un aura de secretismo sobre su vida privada, al morir dejó unos diarios y cuadernos personales guardados entre la ropa en un armario. Su editora, Anna von Planta, se ha sumergido en las más de ocho mil páginas de anotaciones y ha realizado una meticulosa selección, que ahora sale por fin a la luz. Sin duda, un acontecimiento literario.
Aflora aquí la persona detrás de la escritora, con todas sus complejidades y contradicciones. La autora da rienda suelta a contundentes opiniones –no exentas de polémica–, aborda episodios cruciales de su vida y nos permite también adentrarnos en la «cocina» de su universo literario y comprobar que su más célebre creación, el sociópata Tom Ripley, es el fruto destilado de sus demonios interiores.
Diarios de Alejandra Pizarnik
«Una constante de los diarios de escritores es que otros se encarguen de publicarlos póstumamente. Estas publicaciones podrían dar la impresión de ser una violación de la intimidad del diarista, pero no cabe duda de que, al conservarlos, el escritor está indicándonos que es consciente del valor intrínseco que tienen. Eso es aún más evidente en el caso de Alejandra Pizarnik, ya que conservó sus cuadernos hasta el último momento», comenta Ana Becciu en la nota que acompaña esta nueva edición, corregida y ampliada, con muchos fragmentos reveladores que hasta ahora nunca habían visto la luz, de los diarios de una mujer que convirtió su angustia en un destilado de palabras duras y hermosas.
Diarios completos de Sylvia Plath
Esta edición de los Diarios completos de Sylvia Plath incrementa en dos tercios el material de los anteriormente publicados en Estados Unidos en 1982 y en España en 1996. Entre los nuevos pasajes, se cuentan dos cuadernos que su viudo y albacea, Ted Hughes, había prohibido hacer públicos hasta 2013. Editados por Karen V. Kukil a partir de los 23 manuscritos custodiados por el Smith College, cubren desde sus años de estudiante universitaria hasta 1962, un año antes de su muerte, incluyen algunos dibujos y poesías, y son en conjunto el documento definitivo sobre la vida y obra de una de las poetas icónicas del siglo XX. Plath, apenas con 18 años, creía, como leemos ya en las primeras páginas, que, al «convertir en escritura una parte de mi vida, mis emociones, mis sentimientos más íntimos, la estoy justificando»; pero esta idea de que escribir la vida es «un trampolín, una técnica» para «organizar de forma provisional mi pequeño y patético caos personal» acaba resultándole sospechosa, un principio «falso y provinciano» «y eso es lo que me resulta muy difícil de afrontar». Con una lucidez extraordinaria, estos diarios no solo retratan una intimidad personal siempre en conflicto con los valores domésticos sino que son una valiosísima reflexión sobre el arte, el sentido, las satisfacciones y las trampas de escribir.
Lo que no quise decir de Sandor Marai
Una entrada del diario de Márai de 1949 permitió confirmar a los especialistas del museo Petófi de Budapest lo que ya sospecharon cuando, entre el material del legado literario recibido en 1997, encontraron unos capítulos inéditos que, por deseo del propio Sándor Márai, se habían excluido de la tercera parte deConfesiones de un burgués, editada en Toronto en 1971 con el título¡Tierra, tierra!
Así, estos textos inéditos constituyen una parte crucial de la autobiografía de Márai puesto que giran en torno a dos fechas capitales: el 12 de marzo de 1938, cuando la Alemania nazi se anexionó Austria, y el 31 de agosto de 1948, cuando el gran autor húngaro, acompañado de su esposa y su hijo, abandonó su país, entonces ya un satélite de la Unión Soviética. «En aquellos diez años dejó de existir toda una forma de vida y toda una cultura», escribe.
Combinando la confesión íntima con el análisis histórico, Sándor Márai evoca ese período crucial para Hungría y sondea una sociedad que se debate entre el deseo de independencia y los sueños de grandeza nacional, y que acabaría al servicio de la Alemania nazi.
Diarios de Franz Kafka
Este volumen invita al lector a conocer el lado más íntimo del padre de la literatura del siglo XX a través de sus diarios, legajos y cuadernos de viaje, editados por orden cronológico y respetando fielmente los manuscritos originales del escritor checo, sin las supresiones y censuras de Max Brod.
Estas páginas ofrecen una panorámica de la vida de Kafka, sus paseos por Praga, sus sueños, sus sentimientos hacia el padre idolatrado y la mujer con la que no lograba casarse, su contienda personal con la culpa y la percepción de sí mismo como un paria, en una rendición de cuentas de una intensidad casi insoportable.
Diario de un escritor de Fiodor Dostoievski
Diario de un escritor fue la publicación mensual que Dostoievski dirigió desde 1873 hasta su muerte en 1881, unas páginas donde quedó agrupado todo su pensamiento y donde igual tenían cabida la actualidad rusa, la crítica política o social, el análisis literario y cultural, o las impresiones personales antes los diferentes sucesos históricos. Apasionado y radical, Dostoievski documenta en este libro hechos como el conflicto entre eslavófilos y occidentalistas, la situación política europea o los problemas de educación en la Rusia de la época, al tiempo que dedica algunas de sus mejores páginas a los grandes literatos rusos (Pushkin, Lérmontov, etc.), a ensalzar obras recientes (como Anna Karénina) que en la actualidad son clásicos, y donde también publicó incluso algunos de sus más conocidos relatos, como El muzhik Maréi o La mansa. Esta nueva edición, preparada por el escritor y eslavista Paul Viejo, recoge además todas las colaboraciones que Dostoievski publicó previamente en prensa y se complementa con una amplia selección de apuntes de sus cuadernos, formando “un documento clave y necesario –como afirma Viejo en el prólogo– para la compresión de la historia más reciente de Rusia, de la evolución de una nación, sus conflictos sociales y políticos, y también en cierta manera una buena panorámica de la literatura rusa escrita por uno de sus nombres claves”.
Los diarios amorosos de Anaïs Nin
Este libro reúne dos volúmenes, Incesto y Fuego, con los testimonios, dudas y reflexiones de Anaïs Nin en distintos períodos de su vida.
Pocos escritos exploran la vida amorosa de una mujer con tanto detalle y sutileza como estos diarios no censurados de Anaïs Nin. En ellos se abordan abiertamente los aspectos físicos y psicológicos de esta autora que buscó actuar con plena libertad desde sus deseos sexuales y emocionales.
En Incesto (1932-1934) aparecen por primera vez todos los fragmentos omitidos en publicaciones anteriores de sus diarios. Destaca la decisiva transgresión que supuso el incesto con su padre, y que subyace en la mente de una mujer en apariencia tan libre de ataduras y prejuicios.
En Fuego (1934-1937), Anaïs Nin prosigue el apasionante relato de su vida. Esta vez la acción transcurre entre París y Nueva York, y aborda sus ya conocidas relaciones con Henry Miller y el psicoanalista Otto Rank. También escribe en estos diarios sobre la guerra civil española, Rafael Alberti, Alejo Carpentier o Constantin Brancusi.