La historia es importante, porque conociéndola podemos llegar a comprender quienes somos,— aunque la mayoría de las veces parece que no aprendemos de ella—. Somos muchos a los que nos gusta a través del ensayo, pero es indiscutible que cuando te la trasladan en forma de novela, aparte de aprender sin darnos cuenta, resulta mucho más amena. Ya cuando es José Calvo Poyato el que nos la narra, llega a ser apasionante.
No sé si al español medio le ocurre lo mismo que a mí, y es que hay aspectos de la historia de nuestro país que no ignorándolos, sé poco de ellos. Uno de estos es cómo y porqué se proclamó la Primera República en España, y cómo y porqué fue tan breve la duración de esta forma de gobierno; cuáles fueron los hechos que provocaron que Amadeo de Saboya abdicase cediendo un gobierno monárquico a otro sistema tan antagónico. Para que una república viese desfilar por ella hasta cuatro presidentes en apenas un año, tiene que haber acontecido mucho en su breve vida, y es que esta era la punta del iceberg en una España que no vivía su mejor momento, pero sí unos hechos históricos tan relevantes como interesantes donde podemos vislumbrar claramente que de aquellos polvos estos lodos en los que en el presente seguimos encenagados.
En aquel que fue el gran Imperio el sol cada vez se pone antes. No por haber expulsado hace décadas al Gran Corso quedó solida la situación política tras la restitución forzada al trono del absolutista Fernando VII, que terminó provocando la primera de las guerras Carlistas, sino que empeoró con la abdicación de Isabel II, —hija de este que fue regente a los tres años— y la regencia de Amadeo I de Saboya “el Electo”, al cual no se lo pusieron demasiado fácil, y en el que a la muerte de Prim se sintió más expuesto y fue vencido por la animadversión de un país que no lo quiso nunca. Esto ocurre en 1873, donde a España se le abre un nuevo frente. Como si no tuviese bastante con la tercera guerra carlista que se desarrolla en el norte, ni con la guerra de los diez años, la primera de las tres guerras de Cuba, donde los cubanos luchaban por independizarse del poder colonialista español.
En un Madrid decimonónico, Fernando Besora, director del diario vespertino La Iberia, nos hará de guía a través de esta vorágine de acontecimientos históricos donde nos los narra en primera persona. Con él asistiremos a los encendidos debates que se desarrollarán en el Congreso de los Diputados; a los grandilocuentes discursos y hechos de los que serán partícipes Pi y Margall, Castelar, Figueras… Será espectador privilegiado del movimiento cantonal al sureste del país. Y formará parte activa de las populares tertulias de los cafés madrileños, concretamente en El Suizo, donde departirá de tú a tú con figuras del arte, la literatura o la política como Casado de Alisal, Galdós, Valera, Zorrilla, Mesonero, Cánovas del Castillo o Morayta.
Pero Calvo Poyato no se conforma con exponer a nuestro protagonista a los hechos acontecidos en esa España convulsa, también lo coloca en una trama donde ha de desentrañar el misterio de unos libros robados de la biblioteca nacional, unos incunables cuyo valor rebasa lo imaginable.
El autor vuelve a traernos al protagonista de Sangre en la calle del Turco, donde Besora no era más que un joven periodista que esperaba dar con un caso lo suficientemente mediático para poder dar el espaldarazo definitivo a su carrera, pero que no es necesario haber leído para poder disfrutar de esta nueva aventura.
Mediante la bibliografía que aparece en las páginas finales de esta novela, nos damos cuenta del gran trabajo de investigación que ha realizado el autor. Llegando a trascribir los discursos que lanzaron los protagonistas en el Congreso de los Diputados, sesgando, obviamente, lo trascendental evitando así que esta trepidante novela ralentice su ritmo, consiguiendo que nos sintamos como espectadores físicos viviendo aquellos tiempos interesantes. Si existe un adjetivo con el que definimos los profanos a la política es aburrimiento. Pero el autor demuestra su gran experiencia dentro de ese campo, y hace que sustituyamos ese adjetivo por este otro: apasionante. A la vez que con la trama del robo de libros logra insuflar más vitalidad a la narración, provocando que devoremos sus páginas tanto para redescubrir el destino de la nación, como desentrañar el misterio cada vez más intrincado del robo en la biblioteca y el papel que desempeñan en él unos personajes tan herméticos que esconden tanto.
Un autentico placer disfrutar de la pluma de Calvo Poyato, que aparte de escribir de esa forma tan amena lo consigue de manera instructiva, despertando nuestras ganas de querer saber más, y es que todos deberíamos conocer nuestra propia historia, aunque solo sea por aquello de no condenarnos a repetirla.