David Lagercrantz, este sueco, hermano de actriz y nieto de filósofo, siguió los pasos de su abuelo graduándose después en periodismo, donde comenzó su carrera de reportero criminal. Tan curiosa modalidad le permitió documentarse lo suficiente como para embarcarse en la etapa de escritor. Ya con títulos que avalaban su calidad como autor, que resultase elegido para continuar con la obra del fallecido Stieg Larson, la saga Millenium, fue el espaldarazo definitivo para ser un reconocido escritor fuera de sus fronteras. Saga de la que lleva tres como autor. Legado del que salió muy bien parado, teniendo en cuenta que en las siguientes entregas de las andanzas de Lisbeth Salander, Lagercrantz no usó ni apuntes ni borradores de Larson, pero sí contó con el apoyo del padre y hermano de éste.
Que el recogiera el testigo del desaparecido escritor no es más que un dato anecdótico, ya que su obra es bastante sólida de por sí, y precisamente por ello es por lo que fue reclutado para continuar el legado de Larson. Su novela “Obscuritas” es un ejemplo perfecto de ello. Sus páginas nos trasladan al verano de 2003, a las afuera de Estocolmo, donde se produce el asesinato de un arbitro de fútbol, el cual parece haber sido perpetrado por Giuseppe Costa, padre de uno de los jugadores, que a causa de los nervios y el alcohol se ha dejado llevar por la ira. Este, en apariencia, sencillo caso se irá complicando cada vez más, y es que Giuseppe no está dispuesto a confesar que fue él quien cometió el crimen, por muy evidente que parezca. El cuerpo de policía, abrumado al ver que pasan los días y no sacan nada en claro, optan por consultar al reputado profesor de psicología de la universidad de Standford, Hans Rekke, experto en técnicas de interrogatorio. Pero el estudio no obtiene los resultados esperados. Solo Micaela Vargas, joven policía hija de inmigrantes chilenos, será la única que crea en la hipótesis del prestigioso psicólogo. Juntos descubrirán que este caso no era tan sencillo y que encierra mucho más. Encontramos en esta novela la presentación de una nueva saga protagonizada por el inteligente y aristócrata Hans Rekke y Micaela Vargas, joven policía que proviene de los suburbios de la ciudad. La unión de estos dos mundos tan antagonistas consiguen que el dúo abarque ambos, de los que no sabremos cuál es más peligroso.
Cuando comencé a leer este libro, pensé que se trataba de una novela negra más, pero me ha sorprendido gratamente el que se salga un poco del ámbito al que nos tiene acostumbrado este género. Aquí su autor ha sabido trazar nuevos caminos, incluyendo dosis de espionaje y terrorismo, llevándonos más allá en una historia que resulta muy verosímil teniendo en cuenta el año en que la sitúa.
Con un estilo ágil nos vamos introduciendo en la trama sin darnos cuenta. Resulta emocionante y entretenida, no decae en ningún momento gracias a la sucesión de capítulos cortos. Vamos conociendo a esta singular pareja y a los que los secundan, plantando bien la base desde el principio, donde nadie es cómo creemos, y ni él impecable y perfecto profesor es fiel al reflejo de su apariencia, ni la joven e inexperta chica nueva es tan ilusa como creen sus compañeros. Este dúo es un claro homenaje al Sherlock y Watson de Doyle. Un claro homenaje donde el propio autor introduce algún guiño haciendo alusión al mítico detective y a quien lo secunda. Y es que Rekke toma prestado mucho del legendario detective, no solo su perspicaz inteligencia y grado de observación, también aspectos de su reverso más oscuro; incluso también los une lazos fraternales a un hermano mayor no menos peculiar. Así como Micaela es el doctor Watson perfecto para complementar a tan atribulado individuo, y es la voz de la razón y la encargada de traer de nuevo a la luz a su compañero cuando éste se adentra en la oscuridad. Su perfecto Sancho Panza, como señala el propio profesor Hans Rekke.
Una excelente carta de presentación que no queda solo en eso, sino que a la vez es una de las novelas de género más frescas y que dan un nuevo giro a este tipo de historias, huyendo de lo escabroso y dantesco que suelen poblar este género. Esperemos se mantenga en la misma línea en las futuras entregas de los casos que han de resolver esta pareja tirando de materia gris y sentido común.