El camino del fuego de María Oruña

Esta es la quinta entrega de los Libros de Puerto escondido: “En El camino del fuego os vais a encontrar una aventura, un sueño y un viaje al siglo XIX”, nos dice Oruña, a lo que podemos añadir que también se encontrarán los secretos de la literatura del siglo XIX. Desde que se publicara Puerto escondido y sus correspondientes secuelas Un lugar donde ir, Donde fuimos invencibles y Lo que la marea esconde, una legión de seguidores ha aclamado a la escritora gallega convirtiéndola en una de las damas más importantes de la novela negra española.

La teniente Valentina Redondo y su compañero Oliver Gordon viajan a Escocia para visitar a la familia de este. En sus vacaciones descubrirán un país lleno de historia y de paisajes únicos. No obstante no todo será idílico la teniente Redondo se encontrará frente a un crimen y tendrá que confiar en que la policía escocesa haga su trabajo; no solo ella puede resolver todos los misterios del mundo. Además, está de vacaciones con su pareja y familia. ¡Ha venido a Escocia a descansar y disfrutar! 

El padre de Oliver quiere recuperar el patrimonio y la historia de sus antepasados, por eso ha adquirido el castillo de Huntly, en las Highlands. Durante la inspección para rehabilitar el edificio se encuentra una pequeño despacho. Dentro, una carta les advierte de que quizás en esa diminuta habitación se puedan  hallar las Memorias perdidas de George Byron supuestamente quemadas a comienzos del siglo xix  por el editor John Murray. Esas memorias serán el tesoro oculto en el camino del fuego. Y cuando empieza a correr la voz sobre este hallazgo, empiezan los problemas. El primero de ellos esa misma noche, pues se produce un incendio en el castillo propiedad de los Gordon, en el que muere un miembro de los Forbes, el clan con el que están enemistados desde hace siglos. María Oruña convierte ese crimen en el motivo de una investigación con múltiples móviles y sospechosos.  Pero Valentina, con la ayuda de Oliver, no podrá evitar intentar desentrañar este caso que afecta a su propia familia. 

Esta quinta novela se desdobla y la autora retrocede hasta 1836, Siguiendo el rastro de las memorias de Byron, descubrirán cómo, a mediados del siglo xix, Jules Berlioz —un modesto librero de las Highlands— y Mary MacLeod —una joven perteneciente a una familia escocesa acomodada— vivieron un amor prohibido en el que el crimen lo salpicará todo de dudas y silencio hasta nuestros días.. Oruña comienza en este punto una historia paralela que suscita pronto nuestro interés.

Ambas líneas argumentales van alternándose, la referida a 1836, intimista y romántica está tan bien contada que desplaza a la principal por la inquietud y misterio que rodea el amor prohibido de ambos jóvenes. Mejor construida tiene un innegable interés, y oscurece el resto de la trama, a la que dota Oruña de numerosas referencias y detalles acerca de los hábitos, costumbres y tradiciones de los habitantes de las Tierras Altas.

Entre los pluses de esta novela está el aliciente de la definición de los personajes, sobre todo el de Mary, del que María Oruña traza un perfil detallado . Su juventud, la influencia de la cuna, su educación y los cambios que se van produciendo en ella a medida que su relación con Jules avanza. Cómo van influyendo en ella el ambiente en el que se mueve y sobre todo su relación con el joven. Su historia de amor y celos llega a conmovernos.

Todas las novelas de la saga son bastante independientes entre sí y la trama principal de las novelas es siempre autoconclusiva, pero en el caso de El camino del fuego, esta característica es aún más marcada, porque María Oruña abandona las tierras cántabras en las que transcurren sus novelas, para llevarnos hasta tierras escocesas, donde transcurre toda la novela.

Por ende, el equipo de la teniente Redondo, solo aparece brevemente con unas llamadas a Sabadelle y a la amiga forense de Valentina, con lo cual, si no se han leído ninguna de las novelas de la serie, se puede empezar directamente por aquí sin que el lector se sienta perdido en ningún momento, porque salvo una pequeña referencia hacia la novela anterior, no hace mención de ninguno de los casos tratados a lo largo de la serie.

Sandra Martínez