El Último Gudari de José María Nacarino

Un thriller valiente y adictivo ambientado en los últimos años de ETA. 

Estamos en 2005, una época convulsa y envenenada por una ETA que se resiste a desaparecer. A partir del material incautado a un comando, los agentes Alkorta y Reyes se lanzan a la caza de un escurridizo jefe etarra. No cuentan con mucho tiempo, ya que un atentado es inminente y la banda tiene en el punto de mira a Xabi, un concejal jovial y despreocupado de un municipio de Guipúzcoa. Al mismo tiempo la abogada abertzale Jone Larrucea intenta desenredar la madeja de intereses tejida por su entorno y arrancar una tregua a la cúpula etarra, pero su hijo Pipe tiene otros planes. Se ha adueñado de las calles junto a su cuadrilla de borrokas y está dispuesto a hacer lo que se espera de él: entregar su vida a la causa.

Cada uno tiene sus motivos, pero quizá no sean los que los demás les presuponen. Arrastradas por la vorágine de la violencia, las vidas de todos ellos están a punto de colisionar en este thriller lleno de acción y suspense ambientado a ambos lados de la frontera franco-española.

A través de una narración frenética en la que subyace la necesidad de reconciliación, pero también de memoriaEl último gudari despliega diversas tramas que convergen de forma inesperada, como piezas de un delicado rompecabezas, en un inexorable final.
 
«Pipe sintió el subidón de la adrenalina, el atractivo de correr con la manada y una lealtad feroz hacia la cuadrilla. Sentía la promesa y la seducción de pertenecer a una tribu.»


#ElÚltimoGudari
José María Nacarino (Algeciras, 1978) es gaditano de nacimiento y granadino de adopción. Se graduó como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en la Universidad de Granada y se licenció en Ciencias Ambientales por la UNED. Apasionado de los viajes, una parte importante de su vida transcurrió entre Libreville, Yaundé, Túnez, París, Bruselas y Greensboro, a los pies de los montes Apalaches.

Su amor por el cine lo llevó a estudiar en la Factoría del Guión de Madrid. Actualmente combina la escritura creativa con la profesión de ingeniero, un ocio que lo ha llevado a los rincones más bellos de África. Pasó los veranos de su infancia y adolescencia en Zarauz (Guipúzcoa) y quizá como fruto de esos viajes y recuerdos surgió El último gudari, su primera novela