La Casa de Matusalén de Fabián Broitman – Libro del Mes

EL ÁTICO
Librería – Editorial
«EL OASIS LITERARIO ISRAELÍ EN ESPAÑOL»
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La Casa de Matusalén es una rica y entrañable novela, cuya colección de protagonistas junto con la ambientación de más de medio siglo, expone ante el lector un mundo íntimo donde la condición humana se desarrolla en todas sus variedades, dejando un poso de dulzura en cada página, pero también de amargura por lo que se dejó sin hacer y se perdió. Una obra que sin alejarse de la realidad construye fantasías en cada vida narrada.

Fabián Broitman, el escritor argentino afincado en Israel, crea una atmósfera especial en las diferentes líneas argumentales que dibuja hasta hacerlas confluir en la Casa de Matusalén, una residencia de ancianos un tanto especial, donde todos los hilos se unificarán y los conflictos y misterios quedarán resueltos.

Abraham, don Abraham

Abraham Lajman es el protagonista principal de esta historia. Nacido en el seno de una familia judía polaca en plena Segunda Guerra Mundial creció con el dolor y la tristeza en su corazón. El nacimiento del estado de Israel le ilusionó tanto como para querer formar parte de él, sin embargo sus padres habían emigrado a Argentina, a orillas del río Paraná, a la ciudad de San Leproso.

Es allí donde a edad temprana conocerá a los otros personajes de la historia, Samuel, judío como él, y Salvador Halevy, el niño rico al que todos despreciarán pero que jugará un papel muy importante en la historia. Pero sobre todo destacará la visita que con 17 años realizará  a las islas, unas poblaciones al otro lado del río. Los lugareños montaban puestos donde vendían lo poco que tenían. Atendiendo uno de ellos estaba Luna, hija de las islas, de tez morena, cabello negro y ojos marrones. Abraham, rubio y de ojos verdes se detuvo ante ella sonriendo. Se quedaron petrificados, observándose y el mundo desapareció. Esa historia de amor será mal recibida por las padres de Luna, debido a la religión de Abraham, pero lo peor estará por llegar cuando se sepa del embarazo de ella. Luna será escondida en una remota población junto con su tío para conseguir que nunca jamás Abraham la encuentre, ni a ella ni a la criatura que lleva de él.

Será en ese momento cuando comience con su ritual. «Los domingos por la tarde, cuando el sol se ponía, frente al río grande, Abraham llegaba y prendía una vela frente a las islas, cuidando que la llama no se apagara, en una espera paciente, con fe en que el amor lo podía todo.»

Abraham era un hombre recto, que buscaba el bien y amaba al prójimo fuera quien fuera

Luna

La joven de las islas se verá separada por la fuerza del amor de su vida, Abraham, arrastrada a un población interior, Yuyai, donde su tío Juan había fundado una escuela para que la gente nacida en la más absoluta pobreza pudiera llevar a sus hijos a clase. Será allí donde dará a luz a Amarú, la hija del amor entre los dos jóvenes. Sin embargo la presión social hará que tenga que contraer matrimonio con su tío para evitar las críticas. Nunca intentará volver a buscar a Abraham sabiendo de la oposición de sus padres y allí en Yuyai será donde críe a su hija.

Leah

Abraham es conocedor de la situación de Luna y de la imposibilidad de acceder a ella. Por eso a regañadientes accede a casarse con Leah, una joven que intentará sacar la amargura del corazón de Abraham. Juntos cuidarán de sus tres hijos: David, Naomi y Ben. Lo que no podrá conseguir Leah es que los sentimientos de Abraham sobre Luna desaparezcan, sobre todo mientras cada domingo siga yendo perpetuamente al río para encender su vela enfrente de las islas.

Samuel

A los tres años se encontraron en los patios de la sinagoga y jugaron juntos desde el primer día. Los padres de Samuel eran diferentes de otros, sobre todo por su reducida economía. La envidia se apoderó de Samuel en un principio pero después cedió a la amistad plena hacia Abraham. Samuel acompañó a Abraham en sus días de nubes densas de tristeza, lo sintió a veces a su lado, a veces perdido. Le sostuvo el cuerpo que estaba demasiado cansado para contener su alma. Siempre estuvo cerca de él, cuidando sus secretos y su amistad.

Salvador Halevy

Salvador Halevy conocía a Abraham desde que eran niños; bajito como su padre, su madre había fallecido cuando él era aún muy pequeño.  Su madrastra, Madame, se ocupó de que su niñez transcurriera sombría y en silencio. Era el niño más rico de la clase por lo que los únicos amigos que tenía eran los que el dinero compraba. Envidiaba la amistad entre Abraham y Samuel y luchó por tener amigos de verdad y no de compraventa. La muerte de Madame y después la de su padre le hicieron replantearse sus orígenes y conocer a esa madre a la que se había reservado un pequeño lugar casi fuera del cementerio.

Deseoso de conocer sobre su madre intentará sobornar a Abraham, quien sí sabía junto a Samuel lo acontecido. Así buscará a Luna para intercambiar la información entre ambos. Sin embargo la lealtad de Abraham impedirá en su totalidad romper su juramento al padre de Salvador por mucho que le pesara desconocer el paradero de su amada Luna y su hija.

En su afán por calmar su conciencia fundará la Casa de Matusalén, una residencia de ancianos muy especial donde los mayores estarán bien cuidados y atendidos, ocupándose de todo lo que ellos necesiten en sus años postreros.

La Casa de Matusalén

La Casa de Matusalén es la residencia de ancianos fundada por Salvador Halevy en la que confluyen los protagonistas de la novela al final de sus días. Don Abraham hace tiempo sintió el deterioro de sus capacidades, comenzó a ver personas que le hablaban y desaparecían. Luna, sus hijos, las clientas de la tienda de casimires… son fantasmas que van y vienen. Tras usarlo para sus fines Salvador Halevy decide enviarlo gratuitamente a su institución. Samuel insiste en acompañarle para atenderle mejor. Ambos son ubicados en la habitación que ya usan el capitán Del Sol, un viejo militar con ansias de grandeza e ínfulas de patria e iglesia y, Jesús Ramírez, un indio cuyo hijo es futbolista de éxito en Francia y puede pagarle el retiro a su progenitor. Las discusiones entre ellos siempre son subidas de tono y acaban en enfados pero nunca transcienden y el nuevo día borra los problemas del anterior. Bety y Maria son dos de las cuidadoras de las que también conoceremos su historial y su devenir. La doctora es Matilde, quien iba encaminada a algo más grande pero terminó en la Casa de Matusalén cuando todo se torció.

El autor describe con mucha ternura y sensibilidad los problemas mentales de don Abraham, llevando al lector al interior de sus pensamientos y siendo arrastrado de uno a otro como el propio personaje discurre.

Los creyentes del amor

En su trayecto de cada domingo para encender la vela para Luna, Abraham llama la atención de quienes le ven. Poco a poco otras personas se interesan por su historia y le acompañan con sus velas. Cuando el número se multiplica se crean dos bandos opuestos que quieren ganarse el favor de Abraham. Por un lado Mino, más institucional, quiere formar una iglesia para los Creyentes del Amor y por otro Alba quiere un grupo que celebre ese amor entre todos. Abraham se limita a repartirlos a derecha e izquierda sin hacerles más caso. Pero cada uno inicia un movimiento fundacional sectario que crece imparable. Al final ambos grupos lucharán por la titularidad de las creencias sin que Abraham intervenga.

El nacimiento de esta secta basada en el sencillo Abraham está tratado con un estilo exquisito. Fabian Broitman es capaz de explicar el origen y el crecimiento de ambos grupos religiosos y su posterior evolución hasta  convertirse en movimientos de poder paso a paso. Resulta sorprendente que una novela tan accesible como esta sea capaz de tener tanta profundidad como para desarrollar plenamente este tema.

Líneas argumentales

La Casa de Matusalén dispone de varias líneas argumentales que nutren de interés la novela.

a) la historia de amor entre Abraham y Luna, que pese a ser truncada cuando comienza, sobrevuela toda la obra hasta su final

b) la amistad de Abraham con Samuel y su relación con Salvador Halevy, que da cohesión al relato desde que ellos son niños hasta el final

c) la vida de Abraham posterior a Luna, su matrimonio con Leah, la crianza de sus hijos, su generosidad, sus negocios, etc.

d) la vida de Salvador Halevy, la relación con su padre y su madrastra, su búsqueda la madre que no conoció, sus fantasmas y su forma de calmarlos, y finalmente su redención

e) la vida en la Casa de Matusalén, conociendo a quienes están internados allí, a quienes les cuidan y cómo suceden allí las cosas

f) Los Creyentes del Amor, la forma en que se desarrollan los grupos de seguidores hasta convertirse en religiones organizadas y opuestas.

Para tratar todas estas líneas diferentes al autor lo hace mediante capítulos cortos con un personaje enfocado en cada uno. De esa manera el libro avanza de forma sencilla y gratificante permitiendo al lector entusiasmarse con la trama. Con el deseo de no complicar las cosas solo hay dos líneas temporales que se van cruzando pero sin marcha atrás. La del presente en la Casa de Matusalén con los personajes instalados en su vejez y la de su historia desde los orígenes polacos hasta ese presente.

Broitman escribe con un estilo directo y agradable, conciso y conmovedor. Se diría que para desarrollar todo lo anterior serían necesarios muchos cientos de páginas, sin embargo, esta obra se conforma con trescientas cincuenta dejando al lector con ganas de más. Como un extra adicional al autor cierra en redondo todas las tramas de una manera soberbia, lo cual permite al lector disfrutar tanto en su lectura como en su conclusión.

Es una obra que supera con creces lo que promete y muy superior a la mayoría de las novedades que pueden adquirirse ahora mismo en cualquier librería. Es un verdadero deleite leerla y sumergirse en sus tramas y personajes. La Casa de Matusalén es una obra que promueve el placer de leer.

El autor

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Fabián Broitman – Nació en Argentina en el año 1969 y reside en Israel. Al cumplir dieciocho años viajó a Israel donde se formó como profesor de hebreo, regresando a su Rosario natal para ejercer la profesión. Finalmente decide fijar su residencia en Israel, ingresa a la Universidad Hebrea de Jerusalén y allí finaliza sus estudios como Neuropsicólogo, Psicólogo de rehabilitación y de salud mental. Se desempeñó como psicólogo militar. Siempre ha sido un ávido lector. Sus primeros pasos en la escritura creativa comenzaron a los catorce años y luego se permitió incursionar en el arte de la escritura profesional. Sus dos obras anteriores fueron escritas en hebreo. Junto a su esposa Marcela, es padre de Maia, Noa, Yonathan y Yoav.

 ¡4ª REIMPRESIÓN EN CAMINO!

  • Detalles:Temática:  Ficción general / Novela contemporánea / intriga / romance / temática judía.Número de páginas: 353.Formato: tapa blanda con solapas.Tamaño: 15 x 23 cm.