Criaturas míticas de España, de Fermín Valenzuela Sánchez y Manuel Ángel Cuenca López

El equipo Gestas de España ha creado este “Cuaderno de Campo” con los curiosos y a veces casi olvidados seres de la mitología tradicional española. Con él he disfrutado de un viaje apasionante conociendo a las criaturas más extrañas y que, sin embargo, en muchos casos llevan miles de años entre nosotros, con orígenes que se remontan a la noche de los tiempos. Me parece que obras como esta son muy necesarias porque esta mitología es una parte de nuestra cultura que debe ser recordada, además de resultar amena y muy original. Es una lástima que, gracias al audiovisual y a la literatura, muchas veces conozcamos mejor los mitos de culturas remotas que los nuestros, los que están en nuestras raíces, arraigados en el lenguaje y el subconsciente. Por eso creo que la labor del equipo Gestas, en este y otros volúmenes, es fundamental. Así que elegí este libro porque me interesaba el contenido que esperaba, por un interés general en el patrimonio cultural de España, y en especial por este patrimonio inmaterial que son las criaturas mágicas. 

El modo en que Criaturas míticas de España está presentado y organizado es otro valor añadido. Tras el preámbulo de todo un amante de lo paranormal y misterioso como es Iker Jiménez, la obra contiene una introducción que provee de un marco narrativo a este “cuaderno de campo”: una niña acompañará a la “Bicha de Balazote” en un viaje en el que conocerá a las criaturas míticas de toda España, a través de un manuscrito encontrado.  

El libro tiene el enfoque de una auténtica guía de campo naturalista con las especies ilustradas y verdes tapas duras. Cada criatura tiene su localización geográfica, su nombre vulgar, su descripción (que es una autodescripción hecha para la niña), su nombre científico en latín, su ilustración y su símbolo. Las excelentes ilustraciones de Gloria Cuenca, en tonos suaves, están llenas de personalidad y cercanía, a la vez que reflejan el carácter paranormal y sobrenatural de muchos de estos seres. Lo mismo sucede en las descripciones en primera persona, con lenguaje y tono adecuados al carácter de cada criatura. Los nombres científicos están escogidos con criterios que el propio Linneo habría aprobado. Los símbolos han sido elegidos por acuerdo con cada una de las criaturas que representan. El libro se remata, tras el epílogo que remata el viaje-lectura de cuaderno, con las explicaciones de los símbolos, el mapa de localización de las criaturas y la selección de la nomenclatura, además de la bibliografía sobre el tema. 

Al llegar a la última página, el lector ha podido hacer un viaje genial, que se lee como un libro de pequeños relatos, en las propias voces de sus protagonistas mágicos. Unos tienen raíces en la historia, como el Moro Mussa o Aisha. Otros, como la Ondina, el Cuélebre o el Ome Granizo, son entes ancestrales anclados en la naturaleza y sus fenómenos. O son nuestra particular versión de mitos prácticamente universales, como el Lobisome. Algunos simpáticos, como el Ratón Colorao, y otros amenazantes, como la Santa Compaña. Entre el misterio y el humor, como el Gamusino. O híbridos únicos, como el Hombre Pez de Liérganes o la Bicha de Balazote… Un bestiario fabuloso que gustará por igual a los lectores interesados por lo curioso y lo antiguo, por lo tradicional y lo misterioso. Los amantes de los mitos y las curiosidades, las personas comprometidas con salvar a estos seres excepcionales de la extinción, disfrutarán como yo de este libro que rememora sus orígenes y describe sus especialísimas características y sensibilidades.