La novela
Una madre les cuenta historias a sus dos hijos cada noche. Son historias que ha ido escuchando a lo largo de sus viajes, ya que a pesar de su juventud ha recorrido gran parte del mundo. Historias donde las cosas soñadas conviven con naturalidad con las reales, hasta el punto de que no es fácil distinguirlas entre sí. En ellas se habla, por ejemplo, de una reina que visita a Salomón para que le ayude a completar un poema cuyo primer verso ha soñado su hermana poco antes de morir, de los eunucos que entretienen a las esposas del faraón en la Casa de la Vida, de héroes griegos que prefieren las delicadas ropas de las doncellas a las armaduras de los guerreros, de un libro perdido donde se explica cómo resucitar a los muertos, de una joven que se enamora del más cruel de los bandidos, de un ser deforme que acoge en su cabaña a una niña muerta, de muchachos que se transforman en ciervos, de ángeles que descienden a la tierra atraídos por la belleza de los seres humanos, de árboles misteriosos cuyos frutos tienen el poder de devolver a quien los prueba la memoria del cuerpo que tuvimos en el paraíso.
En una de esas historias una mujer rica le pide a una anciana que le de la nieta que cuida, pues vive fascinada por su belleza. La anciana se niega a hacerlo, y la mujer le reprocha enfurecida que esté engañando a la niña con sus fantasías. Solo le cuentas cosas que no son verdad, le dice. ¿Y qué si no son verdad?, contesta la anciana. ¿Sabe acaso la verdad lo que quiere el amor? Esa apuesta por el amor, aun a costa de la verdad, es la apuesta de El árbol de los sueños, cuya estructura remite a ese libro de los libros que es Las mil y una noches. El libro que todos los narradores han soñado con escribir alguna vez.
Carta del autor a los libreros
En su discurso de aceptación del Premio Cervantes, Miguel Delibes se lamentó de haber malgastado su vida en la tarea de escribir. Su sustancia se había perdido entre la de sus personajes, y de pronto se descubría cansado y viejo, sin fuerzas para continuar. Para que esos personajes vivieran, dijo en aquel día memorable, había tenido que morir.
No sé si es esto es cierto. Los hombres religiosos hablan de esos dones que en ciertos momentos privilegiados los hombres reciben de Dios. Hoy no creemos en ningún dios, pero la idea de que existe algo parecido a la gracia me sigue pareciendo necesaria y hermosa. La gracia habla de la vida como algo que recibimos, que tenemos que cuidar y que nunca entenderemos. El más grande de los misterios. Es de esto de lo que he querido hablar al escribir este libro, de la belleza de todas esas criaturas que amamos antes de saber quiénes son ni lo que nos pedirán: las mensajeras de la gracia.
La vida es juego, locura, atrevimiento. Es la debilidad lo que le da sentido, pues escribir es renunciar al poder. El libro que hoy os presento se titula El árbol de los sueños. Se trata de un proyecto muy antiguo, que tiene que ver con mi fascinación por ese libro de los libros que es Las mil y una noches. Es un libro sobre el deseo, su esplendor y su condena; un libro sobre el amor y las mujeres. El mundo masculino es el mundo de la identidad; el de lo femenino el de la heterogeneidad. Los hombres quieren poseer, las mujeres hacer hablar a las cosas. Eso es escribir para mí: que la vida se transforme en palabras.
Me gustaría que este libro fuera como uno de esos cofres que, en las fábulas, flotan en las aguas del tiempo y donde se guarda algo vivo y desconocido. Y que leerlo fuera darle nuestra propia sangre por alimento. Sé que es absurdo esperar algo así, pero ¿que puede esperarse de alguien que escribe libros sino que pida cosas absurdas? Rosa Chacel dijo que escribir era el deseo de irse por los tejados. El árbol de los sueños ha sido escrito al dictado de ese deseo insensato.
Mil gracias, una vez más, por poner en manos de los lectores esos cofres misteriosos que son los libros.
EL AUTOR
Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) ha publicado más de quince libros entre novela, ensayo y literatura juvenil. Muchas de sus obras han merecido premios, como El lenguaje de las fuentes (1993, Premio Nacional de Narrativa), Marea oculta (1993, Premio Miguel Delibes), Las historias de Marta y Fernando (1999, Premio Nadal), Tres cuentos de hadas (2004, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil), El jardín dorado (2008, Premio de las Letras de Castilla y León), Tan cerca del aire (2010, Premio Torrevieja de Novela). Obtuvo tambié n el Premio Vargas Llosa de relatos. Sus novelas más recientes son Donde no estás (2015), No hay amor en la muerte (2017), La ofrenda (2018) y La rama que no existe (2019). Galaxia Gutenberg ha publicado también su ensayo Elogio de la fragilidad, en 2020. Sus obras se han traducido al francés, griego, danés, italiano, portugués y alemán.