Katerina es la explosiva nueva novela del escritor más controvertido de Estados Unidos, James Frey.

«Una incandescente lección de imprudencia.»
Transfuge
El próximo 17 de junioJames Frey, autor de En mil pedazos, regresa a las librerías españolas con Katerina, una novela abrasadora y con tintes autobiográficos sobre los excesos de un veinteañero, ambientada en el París de 1992 y el Los Ángeles contemporáneo.

Los Ángeles, 2017. A sus 45 años, Jay es un escritor consagrado que está pasando por una profunda crisis emocional y creativa a pesar de tenerlo todo: una familia, una buena casa y unos cuántos éxitos literarios a sus espaldas. Es rico y famoso pero se siente paralizado y solo quiere estampar su coche contra un árbol, hasta que un mensaje anónimo lo lleva de vuelta a la vida, y posiblemente al amor, que abandonó años atrás. Una ex novia llamada Katerina contacta con él a través de Facebook, después de veinticinco años.

James Frey nos lleva al París de los años 90 para contarnos la arrolladora historia de amor de un cóctel explosivo: un joven estadounidense aspirante a escritor que acaba de llegar a la ciudad de la luz para seguir los pasos de Henry Miller y una joven modelo noruega que está a punto de alcanzar la fama; ambos imprudentes, impulsivos, adictos y profundamente enamorados. 

Katerina es una novela autobiográfica que muestra la mirada abrasadora, arrogante y a la vez ingenua de un joven que no teme incendiar el mundo y su propia vida a la búsqueda de un sueño, sin tener en cuenta los posibles daños. «El chico malo de América» renace de sus cenizas con la misma emoción cruda y auténtica, y el mismo estilo percutido y deslumbrante, que lo encumbraron -y luego casi lo destruyeron- en sus controvertidas «memorias», En mil pedazos.
 «Sé que no quiero morir. Sé que es posible que muera. Sé que debería parar, pero no sé si puedo o si tan siquiera quiero parar. Tengo veintiún años y llevo bebiendo y drogándome casi una década. Aparte de los libros y el amor, las drogas y el alcohol son las únicas cosas que consiguen que me sienta bien. Quiero respuestas, pero no obtengo ninguna. Tengo una botella de vino y un paquete de cigarrillos y un banco para mí solo y tengo las luces y los sonidos y los olores de La Fête y tengo París y la noche y un sueño y un corazón que late, de momento tengo un corazón que late.»