Insomnio, de Daniel Martín Serrano

Tengo que empezar diciendo que hacía mucho que una novela no me enganchaba tanto. Su lectura resulta adictiva, y que sepas que en cuanto la empieces no podrás parar hasta llegar a su final. Hecho este inciso comienzo mi reseña.

Daniel Martín Serrano es un guionista madrileño que, aunque no lo sepas, ha participado en muchos de los guiones de series que seguramente hayas visto. Entre ellas se encuentran Hospital central, Velvet, Ciega a citas, El príncipe y un largo etcétera. Aparte de guionista, también ha coescrito la novela Galerías Velvet, el origen (Planeta 2014).

Es profesor de Guión de Televisión en la Escuela de Cine de Madrid. Su formación y gran experiencia como guionista queda patente cuando lees esta su primera novela. Se nota porque “Insomnio” es una novela negra muy visual. Es muy fácil imaginar todo lo que narra de una forma muy concisa. Si esta historia se adapta a la pantalla, cosa que no me extrañaría, el guionista encargado de ello lo va a tener muy fácil.

Con protagonistas muy humanos y muy bien construidos, vamos siguiendo a nuestro antihéroe, Tomás Abad, un expolicía repudiado que ve como inevitablemente su vida se va desmoronando en todos los aspectos, porque en el pasado se dejó llevar por sus sentimientos cuando tuvo que decidir entre el cumplimiento del deber o el amor fraternal. A pesar de perderlo todo no ceja en su empeño a la hora de aclarar y cerrar el caso que fue el origen de todas sus desgracias.

Lo primero que llama la atención de esta novela es como intercala las dos líneas narrativas que acontecen en presente y pasado. De como ese salto temporal va de un capitulo que transcurre en el presente, para ver como en el siguiente nos lleva al pasado, para ir descubriendo cuales fueron los detonantes de los hechos que han llevado a nuestro protagonista a su situación actual. Todo ello sin interrumpir la dinámica, ya que ambas líneas se van nutriendo a la vez que avanza la trama y se van complementando a medida que nos adentramos en ella. Eso sí, nos comeremos las uñas y tendremos que hacer un sobre esfuerzo para no saltarnos las páginas para ver cómo continúa la trama de cada línea argumental que nos deja en vilo al final de cada capítulo, deseando seguir sin darnos tregua.

Es cierto que muchas buenas novelas van avanzando de forma tediosa; en la página cien aún nos están presentando personajes, e incluso llegan a aburrirnos con sus preámbulos. Con “Insomnio” no ocurre esto. Daniel Martín nos atrapa desde la primera página, nos vapulea en el presente, de repente nos suelta, pero nos vuelve a coger por las solapas para sacudirnos y arrastrarnos hacia las tribulaciones pretéritas de nuestro protagonista, dejándonos de nuevo sobre ascuas al final de ese otro capítulo. Como consuelo tendremos la resolución de la situación donde, dos capítulos atrás, nos dejó en vilo.

Afortunadamente mi pareja también es lectora compulsiva y entendía que aplazara tareas como recoger la cocina y fregar los platos, porque cuando empezaba a leer no podía parar. Creo que mantuve el aliento en las últimas páginas, y no me acordé de respirar hasta que acabé la novela.

“Insomnio” es de esas obras que te recuerdan porqué te enamoraste del thiller. Un placer encontrar un título digno del género negro. Hoy día está tan de moda que los aficionados navegamos por un mar de libros plagados de tópicos y clichés, donde solo nos salva acudir a los grandes autores sin atrevernos a arriesgarnos con los nóveles. Pero con “Insomnio” he aprendido que hay que arriesgarse, porque a veces encuentras a nuevos autores que aportan un soplo de aire fresco a la novela negra como es el caso de Daniel Martín, autor del que me considero fan desde ya, y del que espero ver en las librerías un nuevo trabajo suyo.