Estudiar debe ir más allá del simple hecho de aprender algunos conocimientos básicos para desarrollar algún oficio o tarea que permita obtener ingresos para vivir. Debe ser una meta, más incentivo que obligación, algo así como los alimentos que diariamente deben consumirse, pero en este caso para alimentar la mente y el alma. Formarse continuamente es un hábito que ayuda a mejorar las condiciones de vida y a crecer como persona, por eso nunca hay que dejar de hacerlo.
La formación educativa es un derecho que toda persona tiene y al que puede acceder de diversas maneras para prepararse ante la vida. Habitualmente se ve desde una perspectiva meramente práctica, en el sentido de que la educación sirve para obtener las herramientas necesarias que pueden ayudar a resolver las necesidades básicas de alimentación, vivienda, ropa y recreación que todos tienen, aunque realmente va más allá de eso.
Prepararse constantemente debe tener otro sentido, debe trascender por encima del pragmatismo de la vida, debe ser parte de los anhelos del hombre, en cuanto a la satisfacción de saber un poco más cada día y de lo importante que es en el crecimiento de ese ‘yo interior’ que muchos llaman alma.
Hay muchos niveles y áreas educativas para prepararse, en las que se puede cumplir muy bien con ambas premisas: la educación como medio práctico para obtener los medios para vivir y como alimento del alma, que ayude a crecer interiormente. Lo cierto es que, sea cual sea la motivación, siempre es importante formarse.
¿Qué se debe o se puede estudiar?
La educación formal tiene interesantes áreas para escoger, por ejemplo, hay áreas que siempre están en permanente evolución debido a lo cambiante de las tendencias y que tienen amplias áreas de acción, entre ellas, destaca la formación de Relaciones Institucionales y Protocolo, que se puede cursar en diversas universidades e instituciones especializadas.
Una de estas organizaciones académicas en dicha área es el instituto IMEP (Instituto Mediterráneo de Estudios de Protocolo), con sede en la comunidad valenciana, que está especializada en la formación superior en Relaciones Institucionales, Administración de Eventos y Protocolo.
Esta institución tiene una oferta académica adaptada a las necesidades del mundo actual, entre las que destaca el Máster en Organización de Eventos, Protocolo y Relaciones Institucionales, que es una especialización en la que el IMEP fue pionera en 2013 y que desde entonces desarrolla exitosamente.
Este máster tiene por propósito brindar las herramientas necesarias para que profesionales e investigadores en el área puedan avanzar hacia una formación integral y sean creadores proactivos de valor en las instituciones en las que les toque desempeñarse, tanto públicas como privadas.
El programa de formación incluye el abordaje y estudio de importantes áreas de capacitación: relaciones institucionales, habilidades directivas, protocolo, organización de eventos, empresa e investigación.
Hay dos modalidades de estudio para la comodidad de los participantes: la presencial, en la sede del IMEP, en Alicante; y a distancia, con el apoyo de herramientas virtuales e internet, y la posibilidad de asistir a clases presenciales en Madrid, los días viernes y sábados, cada 15 días.
¿Por qué nunca se debe parar de estudiar?
La formación constante es importante, no solo porque refuerza los conocimientos adquiridos en determinadas áreas e incrementa con nuevos saberes el bagaje que se tenga de ellos, sino que además, mantiene viva la curiosidad y la emoción innata del hombre respecto a querer saber más siempre.
Además, siempre hay opciones, sin importar la edad que se tenga, nunca se es ni tan joven ni tan viejo para estudiar, todo momento es indicado y perfecto para hacerlo, y las oportunidades abundan gracias al apoyo y a las facilidades que diversas instituciones y academias ofrecen.
Así que no lo pienses más y aprovecha para formarte en el área que quieras, tanto para mejorar tu futuro laboral como para enriquecer el espíritu y fortalecer las ganas de vivir. Los estudios son una excelente manera de crecer como persona en todos los sentidos y siempre es buen tiempo para hacerlo.