Ensayo de una despedida
Poesía completa
de
FRANCISCO BRINES
Premio Cervantes 2020
YA EN LIBRERÍAS
Reedición en tapa dura · 600 páginas · 25,00 €
«Estimo particularmente, como poeta y como lector, aquella poesía que se ejercita con afán de conocimiento y aquella que hace revivir la pasión de la vida. La primera nos hace más lúcidos, la segunda, más intensos.», afirma Brines, y puede decirse que sus poemas reúnen ambos anhelos, plasmándolos en la más perfecta armonía. Este libro, que contiene todas sus obras de poesía publicadas hasta la fecha, puede considerarse ya como la edición definitiva.
Inspirada en la reflexión serena sobre la realidad íntima y sobre la existencia —que transcurre siempre bajo los ojos acechantes del tiempo, en el filo de la vida y de la muerte cotidiana y definitiva—, la poesía de Brines trasluce coherencia y constancia, y, a la vez, sutiles transformaciones. Así, la clarividencia precoz del primer libro, Las brasas (1960), da paso a los poemas histórico-narrativos que conforman Materia narrativa inexacta (1965) y el sinuoso y reflexivo Palabras a la oscuridad (1966). Aún no (1971) abre caminos nuevos, como la sátira y un desgarrado existencialismo que preconiza la visión desengañada y a la vez metafísica de Insistencias en Luzbel (1977). Con El otoño de las rosas (1986) recobra Brines la transparencia y la diafanidad para culminar con la luminosidad otoñal de su postrer libro, La última costa (1997), en el que alcanza una difícil desnudez y pureza expresivas.
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«Una obra poética que va de lo carnal y lo puramente humano a lo metafísico, lo espiritual, hacia una aspiración de belleza e inmortalidad… Francisco Brines es uno de los maestros de la poesía española actual y su magisterio es reconocido por todas las generaciones que le suceden».
Jurado Premio Cervantes 2020
«Ensayo de una despedida representa uno de los hitos de la poesía en español del siglo XX. Uno de los grandes ejemplos que hacen de nuestra tradición contemporánea un monumento verbal, una roca de solidez para el espíritu… Sin ningún desdoro, sin hipérboles, con completo merecimiento, el lector sabe que puede situar la obra de Francisco Brines en esa orgullosa enumeración que podría contener, por ejemplo, a Juan Ramón, a los Machado, a Unamuno, a Cernuda, a Salinas, a Gil-Albert, a Miguel Hernández, a Rosales, a Claudio Rodríguez, a Valente, a Biedma.»
Carlos Marzal |