Separada la escuadra del Pacífico en dos divisiones, tras la batalla de El Callao en 1866, (objeto del anterior volumen de la serie) los tornaviajes de ambas seguirán derrotas contrapuestas: una volverá doblando el Cabo de Hornos y subiendo por el Atlántico, y la otra cruzará el Pacífico, con estancias en Tahití, Filipinas, cruzando el Índico y finalmente el Atlántico, con algunas incidencias.
El presente volumen se divide, pues, también, en dos partes: el Libro Primero lo constituye la narración de Santiago Leñanza y el Libro Segundo es narrado por el joven Pablo Descallar Leñanza, su primo.
Santiago Leñanza, joven teniente de navío, miembro de la quinta generación que protagoniza estos episodios, relata las intensas aventuras de la primera parte, a bordo de la fragata Resolución. Su padre es Francisco Leñanza, jefe de escuadra y comandante general del Arsenal de La Carraca (Cádiz).
Las generaciones de Leñanzas alternan los Santiagos con los Franciscos, introduciendo algún primo o sobrino. En esta ocasión, será su primo, el alférez de navío Pablo Descallar Leñanza, embarcado en la fragata Numancia.
En el Libro Primero, pues, Santiago sufrirá la nostalgia de su hogar, sobre todo el recuerdo de su joven esposa Mencía, con la que apenas pudo pasar unos breves meses antes de embarcar en 1862 y la tristeza de no conocer el rostro de su hijo, nacido mientras él navegaba lejos. Cuatro años durará su ausencia y la ansiedad por conocer el rostro de su hijo le carcomía por dentro. Pero así es la vida del marino.
El lector se ve pronto absorbido por la acción, de gran tensión narrativa, que supuso la hazaña de navegar por las aguas australes en junio, que es el invierno más temido en esas latitudes y más exactamente en el Cabo de Hornos. Pero no solo por los temporales y la furia del mar, el frío y los problemas que todo ello ocasiona. Las cosas se les ponen muy complicadas a la división de navíos que realizan esa derrota: las fragatas Resolución, Villa de Madrid (buque insignia comandado por Mendez Nuñez), Almansa y Blanca. El comandante de la Resolución era el capitán de navío don Carlos Valcárcel y Ussel de Guimbarda, y una vez perdidas de vista las otras naves, a causa de los temporales, tuvo que obrar con independencia y sin el apoyo y ayuda necesarios del resto de la división. Hay muchos momentos de extrema gravedad en los que la vida de la tripulación y la del propio buque corren peligro inminente. Toda esta parte es apasionante y esta narrada con evidente emoción y realismo. El lector sentirá el frío polar y las salpicaduras del agua salada, el hambre, la ansiedad y el temor ante un posible naufragio.
El Libro Segundo narra, por boca de Pablo Descallar Leñanza un tornaviaje muy distinto. Más alargado y con diversas recaladas en puertos y estancias en lugares exóticos y maravillosos. Toda esta narración es muy atractiva y llena de informaciones, anécdotas y aventuras de gran interés. La fragata blindada Numancia, comandada por el capitán de navío don Casto Méndez Núñez, va a combinar en su navegación tanto el vapor como la vela, aprovechando siempre los vientos favorables para ahorrar carbón. Pablo narra brevemente el viaje hasta llegar a El Callao, ya que el principal motivo de su narración será el tornaviaje desde los puertos americanos hasta España cruzando el océano Pacífico.
Tras la separación en dos divisiones, con derrotas y objetivos diferentes, la de poniente quedaba formado por la fragata Berenguela, (buque insignia al mando del capitán de navío Manuel de la Pezuela) la fragata Numancia, goleta Vencedora, vapores Marqués de la Victoria y Uncle Sam, así como el transporte de vela Mataura. En las singladuras a través del Pacífico, la Numancia presentará algunos problemas, entre ellos, sanitarios, pues el inevitable escorbuto se hace presente entre la tripulación. Afortunadamente, la recalada en Otahiti, en la Polinesia francesa, resolverá ese y otros problemas técnicos. La vida en esta maravillosa isla les proporciona momentos inolvidables y algunos un tanto subidos de tono, a Pablo y su amigo Álvaro. De allí partirán hacia Manila. La estancia en aquella ciudad resulta interesante por las diversas expediciones que se realizan y que incluyen algunos momentos de cierta tensión. Después continuarán la navegación por el océano Índico, con escala en Batavia, hasta llegar a Ciudad del Cabo. La derrota originaria se verá cambiada al recibir nuevas órdenes. Finalmente, tras otras muchas aventuras navales y terrestres, la Numancia retorna a Cádiz y Pablo podrá abrazar a su familia y a alguien más.
En resumen, este volumen comprende dos narraciones diferentes, a cual más interesante, que se siguen con emoción y placer. La información está muy bien combinada con la acción, y el lector tiene asegurado el disfrute.
Fuensanta Niñirola