Aun me sorprende cuando hablo con amigos lectores que con tan grandes autores universales nacidos dentro de nuestras fronteras sigamos teniendo tanto prejuicio y pensemos que escritores españoles no estén a la altura de grandes narradores extranjeros, más cuando a novela de género se refiere.
A lo largo de mis lecturas he descubierto a autores patrios con trabajos no a la altura de los grandes novelistas más conocidos de otros países, sino que los superan con creces, y con los que podemos compararlos sin complejo alguno. Me ha pasado con géneros como la ciencia ficción, la novela negra, y aunque ya me había pasado antes, me ha vuelto a ocurrir esta vez con la novela histórica.
Alberto Rojas es un claro ejemplo de ello, y más cuando vemos que “Sangre de lobos” es su primera novela de ficción. Este historiador y periodista ya tenía en su haber la obra “África, la vida desnuda”, una serie de crónicas sobre sus experiencias como reportero en este continente.
“Sangre de lobos” es un thriller sobre espionaje tan emocionante que no da un momento de respiro. Dejar de leer es como si en una película en la que estamos totalmente inmersos de repente la pararan y encendieran las luces, esa era la sensación que sentía cuando me veía obligado a aplazar la lectura por esa cosa que continuaba llamada vida.
La trama localizada en ciudades tan estratégicas y relevantes durante la Segunda Guerra Mundial como son Madrid, Londres, Cracovia… está repleta de personajes icónicos con un aura de carisma que hasta los más secundarios captan nuestra simpatía u odio hacia ellos sin dejarnos indiferentes. Porque uno de los puntos fuertes de la novela son sus personajes, todos ellos tridimensionales y bien trabajados. Cabe destacar que muchos de lo personajes que aparecen en el libro fueron tan reales como la propia contienda usada de escenario. Nos encontramos con principales actores de este conflicto como Winston Chrurchill; o una serie de secundarios como nuestro español universal Chaves Nogales, Ian Fleming y J.R.R Tolkien, casualmente tres escritores a los que Alberto Rojas, quizás, ha querido rendir homenaje por su profesión. Al final de la obra aparece un listado donde podemos ver a estos personajes reales que se pasean por las páginas de este apasionante thriller por si se os escapa alguno o tenéis dudas.
Al principio hacia alusión a la calidad de nuestros autores que podemos comparar con grandes escritores extranjeros, y siguiendo con la sinceridad he de decir que “Sangre de lobos” podría formar parte de la mismísima bibliografía de Ken Follet, recordando grandes obras de este escritor dentro del género como pueden ser “La clave está en Rebeca”, “Alto riesgo” o “La isla de las tormentas”, solo por nombrar algún ejemplo.
Alberto Rojas ha conseguido una novela muy amena y entretenida; muy bien estructurada haciendo que no perdamos en ningún momento el hilo de la historia a pesar de los distintos escenarios y tramas que se narran. Ha hecho que nos enamoremos del pícaro tunante Andrés Valdivia, del cual querremos seguir sabiendo una vez que terminamos la novela, presumiendo que Rojas no nos dejará con la miel en los labios y que seguirá narrándonos las aventuras de este forzado espía español, o eso espero