Una gran novela sobre el paso del tiempo y cómo transforma el matrimonio y la amistad, de Tessa Hadley, el secreto mejor guardado de la literatura británica
Han sido amigos inseparables durante treinta años: Christine, la discreta pintora; su marido Alex, poeta en su juventud y ahora director de escuela; el exitoso galerista de arte Zachary y su sofisticada esposa Lydia. Una apacible noche de verano, mientras escuchan música clásica en el salón de su casa en Londres, Christine y Alex reciben una llamada; es Lydia, alterada, desde el hospital: Zach acaba de morir. Un mismo sentimiento invade a los tres: han perdido al más generoso y fuerte de los cuatro, el ancla que los mantenía unidos, precisamente aquel a quien no podían permitirse perder. Desconsolada, Lydia se muda con Alex y Christine, y en los meses que siguen, la pérdida, lejos de fortalecer sus vínculos, trae a la superficie antiguos deseos y agravios hasta ahora enterrados en el equilibrio que les brindaba la perfecta cuadratura de su amistad.
La voz delicada y poderosa de Tessa Hadley se adentra en las intrincadas y quebradizas redes que sostienen la amistad y el matrimonio, retratando con exquisita sutileza la personalidad de cada uno de los personajes y desenvolviéndose magistralmente entre el presente y el pasado. Con sabiduría y elegancia, Lo que queda de luz nos revela cómo ciertas decisiones que creíamos haber adoptado con profunda convicción son en realidad fruto de un orden que el azar ha ido tejiendo silenciosamente frente a nuestros ojos, que miraban sin ver.