“Mi libro trata de las pequeñas y grandes tragedias cotidianas”
Por: Jorge M. Salas.
Luciana Prodan, argentina, periodista, locutora y creadora de historias, irrumpe en España con un compendio de relatos que será el deleite de los amantes del género. El sello madrileño Huso Editorial anuncia esta obra como su novedad del mes de septiembre.
Difícil será que los lectores queden indiferentes luego de descubrir la literatura de Prodan. El Placer de la Lectura conversó en exclusiva con la escritora, quien no duda en afirmar que el año 2020 bien podría llevar el título de su libro.
Pregunta: – Qué cuenta “La perfecta casualidad de seguir con vida”?
Respuesta: – “La perfecta casualidad de seguir con vida” es un libro que habla básicamente de las miserias, las luces y las sombras que esconden y ostentan todas las relaciones humanas; de ese vínculo tan extraño que entablamos con nosotros mismos y con los demás, pero del que nunca (o casi nunca) logramos salir ilesos. De las pequeñas y grandes tragedias cotidianas, y de cómo y qué manera decidimos aferrarnos, escapar, superar o hundirnos en ese dolor que nos desgarra y se nos hace carne. Son dieciséis historias en donde el dolor, el desamparo (o el amparo que se transforma en amenaza), el desamor, la impotencia y la locura (muchas veces utilizada como mecanismo de defensa), están presentes en cada párrafo. Relatos en donde intento dejar de sacralizar, romantizar y estigmatizar todas estas cuestiones que, de alguna forma, son las que nos definen y nos constituyen.
P: -Decía José Saramago que “la literatura debe conmocionar”, ¿los relatos de su libro golpean al lector?
R: – La palabra “golpear” me parece un poco fuerte, aunque si pensamos en la definición de Cortázar, no estaría nada mal; lo único que puedo asegurar es que lo finales son intensos, pero no menos intensos que la historia en general, y eso quizás conmueve desde la empatía. O desde esa sensación que nos genera una historia que nos hace de reflejo y espejo con la fuerza de lo inevitable.
Creo, que los finales de mis cuentos, no dejan de ser una consecuencia que se desprende de la vida y el ¿destino? (si es que existe) de todos los personajes que los integran. Personajes que, en mi caso, y aunque sean de ficción, siempre se transforman en personas. En seres, en voces y ecos llenos de vida que me siguen acompañando en mi mente y en mi alma durante mucho tiempo. O para siempre.
P. – ¿Nos podría relatar cómo se inició su interés por los libros?
R: – Comencé a leer cuando tenía cuatro, cinco años…. Y quien me inició en el mundo de lectura fue mi padre. Quizás porque él no había tenido la oportunidad de hacerlo ni de estudiar (comenzó a trabajar a los once años) y entonces compartir esos momentos y brindarme esa posibilidad, le permitía, de alguna manera, remendar su propia herida. Recuerdo que todos los viernes, unos minutos antes de que él llegara del trabajo, yo lo esperaba en el balcón, sentada en un banquito de madera color azul porque sabía que si era viernes, junto con él llegaba también mi colección de libros de nuevos. Después, con el paso de los años, comencé a leer poesía, cuentos y novelas. Era mi manera de aislarme del mundo. Siempre fui bastante solitaria. Cuando todos salían, yo prefería quedarme sola, libre y encerrada, leyendo.
P: – En su vida personal, ¿en qué le ayuda la literatura?
R: – En todo. Para mí la literatura es vital. Leer y escribir me dan la posibilidad de sobrevivirme y sobrevivir a un mundo que, en más de una oportunidad, siento que gira en falso. Aunque como te dije anteriormente, no es de ahora. Esto misma sensación me acompaña desde la niñez… Para mí los libros siempre fueron mi refugio. Ese lugar en el mundo que cobija y me hace sentir a salvo de los otros y hasta de mí misma.
P: – Si tuviera que hacer un relato del año 2020, ¿qué título le pondría?
R: – “La perfecta casualidad de seguir con vida”, no estaría nada mal…
P: – ¿Cuáles son sus referentes literarios?
R: – Es compleja esa pregunta, porque al contestar es imposible no pensar qué referentes elegimos o aparecieron en determinados momentos de nuestra vida, pero si tengo que nombrarte algunos, Clarice Lispector, Katherine Mansfield, Abelardo Castillo, Liliana Heker, Hebe Uhart , Liliana Bodoc, Kafka, Chéjov, Alejandra Pizarnik, Idea Vilariño, Pessoa, Cortázar, Galeano, Bioy Casares, Silvina Ocampo (junto con Victoria, su hermana) y muchos más… Aunque esos me acompañan todos los días de mi vida. Esos, seguro.
P: – ¿Qué otras artes le interesan?
R: – La pintura y el canto. Pinto hace muchos años y canto desde siempre. Cosas que hago desde una absoluta libertad, porque no estudié ni me preparé para eso, pero que me hacen muy bien y funcionan como entretenimiento y descarga. Dejar descansar la mente y poner el cuerpo es muy necesario. Aunque debo confesar que escribo con el cuerpo también.
P: – ¿Quién es Luciana Prodan?
R: – Hablar en tercera persona de mí misma me impresiona un poco, pero me definiría como una persona hipersensible. Hipersensible y con exceso de racionalización, con todo lo mágico y terrorífico del caso, claro.