Dicen que si llevas quince página de un libro y no te ha enganchado, mejor déjalo. Con “El ADN del Diablo” es imposible que ocurra eso, porque Santiago Morata te engancha desde la primera página, y ya no puedes dejar esta entretenida novela hasta saber cómo acaba.
Empiezas leyendo y crees que tienes entre tus manos una novela de un tipo corriente que te cuenta su día a día de forma divertida; de repente llegas al final del primer capítulo y sufres un shock– mejor que estés sentado cuando llegues a este punto- ¿qué a pasado aquí?, si me estaba riendo,,. De esta forma tan inteligente y breve Santiago nos ha presentado a Pablo, nuestro protagonista. Ya sabemos cómo es, en tan solo unos sutiles trazos en una situación tan incómoda para cualquiera, y cuando ya sabemos que es un tipo que nos caería bien, zas, dejémonos de tonterías, rapidamente nos llega el giro que nos mete de cabeza en la historia. Avanzas y de nuevo: ¿Qué es esto? elementos fantásticos; ahora de terror; ¿novela negra?. Todo sin perder el sentido del humor sin ser una comedia.
“El ADN…” es una montaña rusa de géneros adictiva, que te atrapa por sus personajes fuera de cliches, donde a pesar de sus elementos fantásticos desarrolla una trama real como la vida misma donde espíritus, zombies y demás especies que deambulan por nuestras nocturnas pesadillas no asustan tanto como los seres humanos que se dejan llevar por su avaricia y ambición.
Otro atractivo de esta novela son las ciudades donde se desarrolla la historia, pasando de Zaragoza a París, Londres y Dublín llevándonos a lo largo de un recorrido verosímil por las calles de estas ciudades europeas. Demostrándonos el autor que es un viajero incansable como nos indica en la solapa al final de su extenso curriculum, donde también podemos comprobar porqué sabe contar tan bien esta historia repleta de géneros, y es que Santiago Morata lleva a sus espaldas varias novelas, manifestando su más que amplia experiencia en esto de contar historias.
Al final de la sinopsis podemos leer en la contraportada “Basada en investigaciones reales”. Aquí Santiago nos muestra de nuevo que ha hecho bien los deberes. Sin destriparos nada (sin spoilers como se dice ahora), en la trama es de gran importancia el funcionamiento del cuerpo humano a nivel celular, y se nota que el autor se ha documentado bien, y lo mejor es que esa explicaciones que aparecen en boca de los personajes están narradas de forma interesante y amena.
Aunque suene a tópico y trate de escapar de ellos no se me ocurre mejor forma de denominar este libro: se trata de una novela adictiva que te engancha desde el minuto uno y que no podrás soltar hasta su última página.