La propuesta de El mapa de los afectos es la bondad como construcción literaria. La autora ha conseguido demostrar como los personajes con sus formas de ser reflejan una bondad colectiva que todos poseemos. Está ubicada en un pequeño pueblo rural, en algún lugar del estado de Iowa. Lo abstracto del pueblo sin nombre, convive con su esencia cuyo corazón es la vida de los personajes que construyen el sustrato de ese lugar, cómo deambulan a lo largo de los años sus vidas conectadas a un origen común sin necesidad de que la localidad sea la identitaria. El motivo común que tienen todos estos personajes es estar en armonía con sus propias vidas y el sentido de la satisfacción… qué nos satisface, qué les satisface. La armonía de cada uno es distinta, Sam adora leer cómics y trabajar en el supermercado, la de Rita es cuidar la granja y sacar adelante a los animales abandonados, Valeria no sabe lo que quiere y no lo encuentra hasta que no se va al sur de España, todos construyen su vida de manera armónica y según su bondad
«Esa búsqueda de la armonía existe en todos nosotros y aspiramos a conseguirla»
La maldad que aparece en la novela no se convierte en la protagonista sino el enfrentamiento con ella de quienes reciben diversas formas a la maldad o la sufren.
La experiencia vital está también presente pues varias tramas reconstruyen el final de la vida de los personajes y cómo nos enfrentamos a eso.
Ana Marino trastada a la novela sus buenas artes de poeta. Los poetas escriben novelas más concisas, con mucho trabajo de reedición, de reescritura, de atención sobre la palabra. Acostumbran a trabarse con títulos, ritmos, estilos, y tienen la tendencias a proyectar lo imprescindible para que el relato funcione. Así en El mapa de los afectos se genera mucha emoción en cada detalle sin lo trepidante de la novela, pero con la armonía de la poesía.
La autora ideó esta obra de una forma intuitiva, «empiezas a sentir una atmósfera como una sensación poética, una idea, unas imágenes, aunque no terminaba de ver el libro, porque con una novela necesitas mucho reposo, tiempo real de trabajo y de reescritura. Cuando lo tuve la novela creció»
«Hay un hilo invisible de pulsión humana que hasta que no lees la novela no entiendes el universo de la misma: el sentido vital de la escritura»
Ana Merino representa a cada protagonista en diferentes escenas y tiempos. «Cada individuo en diferentes momentos y circunstancias va a tener diferentes formas de estar en el mundo. No somos estereotipos cerrados sino seres humanos abiertos y dependiendo de lugar y el momento vital nos vamos a comportar de diferentes formas. Muchos personajes aparecen en dos momentos para ahondar en ellos, dejan de ser lo anecdótico, la fotografía y consiguen que el lector interiorice el personaje y sus matices.»
El mapa de los afectos constituye un reflejo de la sociedad estadounidense no creado por la autora para descontextualizar el relato sino para implicarse en él, con la religiosidad, el patriotismo, la política, los diferentes feminismos, marcando el pulso de la actualidad en este momento.
Por todo esto El mapa de los afectos es una novela rizomática cuyos personajes no solo tienen una existencia exterior sino que hunden su armonía vital en el sustrato de la bondad colectiva.