Ese universo fantástico y un tanto estremecedor del Baztán encuentra en 📚”La cara norte del corazón” un correlato equivalente, que nada tiene que envidiarle, en la rica tradición oral, el folclore, la leyendas y las supersticiones de la cuenca del Misisipi, tanto en los inaccesibles y peligrosos pantanos de Luisiana como en la emblemática ciudad del jazz. No en vano tras el paso arrasador del Katrina, con la ciudad anegada en estado de emergencia y sumida en el completo caos, Amaia Salazar escucha un lejano saxofón y a continuación un personaje anónimo que afirma:
“Hay dos clases de seres que nunca abandonarán Nueva Orleans, los músicos y los fantasmas”.
Se trata de una zona en la que el Vudú, la religión animista originaria de Togo y Benín, se encuentra ampliamente extendida, especialmente en su variante haitiana.