Reseñado por Entre Montones de libros
“Algunas de las historias más singulares que suceden entre los muros de una prisión no pueden ser contadas. algunas de las historias más extraordinarias que suceden entre las lindes de un continente, tampoco. Pero de todas las crónicas, ninguna entraña tanta dificultad a quien intenta comunicarla como la que sucede dentro de los límites del ser humano”.
Supongo que me acerqué a esta novela porque tiene una trama poco convencional. Hoy traigo a mi estantería virtual, Seis formas de morir en Texas.
Conocemos a XinZang, heredero de una importante misión familiar. Su abuelo fue condenado a muerte y, siguiendo una práctica terrible en más de un sentido, su corazón se extrajo y fue acabar a otro cuerpo convirtiéndolo en donante obligatorio. Su hijo pasa la mayor parte de su vida intentando localizarlo, para poder llevarlo de vuelta a China y dar así descanso a su padre (el modo en que planea hacerlo, lo podéis imaginar) y ahorrando para ello. XinZang es el nieto. Ha crecido escuchando la importancia vital de la misión de su padre y ahora la ha heredado junto con el conocimiento de a dónde tiene que ir y los medios.
Ya con esto sería una historia terrible en más de un sentido. La práctica que desvela la autora para garantizar la viabilidad del órgano extraído es tan brutal como cierta, según alguna investigación a la que llegué al leer la novela, y la misión del joven XinZang es abrumadora. Y sin embargo hay más:
Conocemos a Robyn, una mujer ciega que reside en una penitenciaría de Texas a la espera de su ejecución por haber asesinado a su madre. Desde la prisión Robyn se cartea con su padre y con un chico chino que la escribe, al primero porque lo localiza y a ambos porque aprende a leer allí.
Es evidente que este segundo hilo también daría por sí mismo para una novela.
Perezagua parte de estas dos historias que parecen extremas para relatar la suya, en la que se unen. Explicar más de un libro tan corto, del que quizás ya he contado demasiado, sería una lástima para el lector. Decir que la novela tiene detrás un tremendo trabajo de investigación que se muestra cuando uno menos lo espera por señalar una escena de esas que parece inverosímil. La denuncia está clara, el tráfico de órganos y particularmente la forma de obtener esos órganos en China, pero también avanza más allá y habla de la situación penitenciaria, de una relación paternofilial, de tradiciones y, sobre todo, de la crudeza de la vida. Y es que la novela de Perezagua es cruda por lo que aunque sus narradores a veces parezcan capaces de describir escenas fingidamente hermosas, serán letales para el lector.
Reparar a los vivos me pareció una gran novela que hablaba del trasplante de órganos y los sentimientos y Perezagua parece haberse asomado a la otra cara de la moneda para darnos otra visión de esas que uno no quiere ver. El libro es diferente, lo cual se agradece, y está bien escrito. Sin embargo, debajo de toda la novedad representada y del riesgo asumido le falta a mi entender un último empujón para ser una novela redonda. Lo que sí nos da, es una promesa de lo que vendrá. Y ya os digo ahora que yo estaré pendiente de lo que venga, porque he disfrutado de la lectura más de lo que esperaba.
Seis formas de morir en Texas es una novela diferente que merece la pena ser descubierta.