La sonrisa de los pájaros de Lea Vélez es una de las novelas más impactantes de lo que llevamos de año. Su sencillez, su humildad al narrar y el tratamiento multinivel al que aboca al lector permiten que cada persona que se acerque a ella encuentre un género y una novela diferente.
¿Es una novela negra? Sí, lo es. Hay varios muertos, bastantes muertos diría yo. Y la trama va desentrañando cada uno de los casos que se presentan.
¿Es una novela de amor? Vaya si lo es. La historía de amor de Alma con Javier define perfectamente lo que el amor es, lo que no debe ser y lo que hace que perdure.
¿Es una novela sobre la naturaleza? Por supuesto, todo un alegato de la defensa del campo, el medio ambiente, el equilibrio natural, la simbiosis entre especies y con el hombre.
¿Es una novela literaria? Claro, contiene abundantes dosis de metaliteratura. Alma, la protagonista, es escritora y está preparando el libro sobre los crímenes del milano negro. Explica el método de escritura, la documentación, los puntos de vista diferentes, el proceso creativo, las dudas. La gestión de las frases, del vocabulario y la inclusión del “patchwork” de documentos adjuntos como ella misma define, la convierten en literatura de calidad.
Después de todo esto, ¿de qué va La sonrisa de los pájaros? Alma, escritora y periodista, regresa al lugar donde todo se rompió en su niñez, donde el accidente de tráfico que se llevo a su familia coincidió en el tiempo y la ubicación con los crímenes del milano negro. Regresa allí para sellar las heridas propias y las ajenas. Y es ese proceso intimista que comienza ella, el que da las claves para desentrañar todo lo sucedido décadas ago. Por el camino, investigación, amor, literatura, dolor, mentiras, más crímenes, desamor, sinceridad, confesión, culpa, y quizás, solo si el lector llega hasta el final…
Una obra impresionante hecha con materiales sencillos y humildes, con un trabajo literario preciso y un talento que augura nuevos y mayores éxitos.
Alma, periodista y escritora de treinta y cuatro años, regresa a Paraíso, la urbanización en pleno campo en la que vivió hasta la adolescencia, veinte años después de que un trágico accidente acabara con su felicidad familiar. Llamada por un impulso inconsciente, alquila la casa en plena naturaleza donde creció para tratar de reencontrarse con los recuerdos, en la esperanza de que sirvan de respuesta a sus preguntas vitales.
El accidente de su familia coincidió en el tiempo con el terrible caso del “milano negro”, nombre que le dio la prensa al asesinato de una madre y sus dos hijos en los parajes naturales de Paraíso, un crimen del que se habló durante años, conmocionando al país, y por el que un hombre que podría ser inocente lleva veinte años en prisión. Alma decide escribir la historia de lo sucedido, hallando nuevos datos y entrevistándose con los protagonistas del drama. La búsqueda de la verdad la reconectará con Javier, un antiguo profesor del que estuvo enamorada, y que, debido a su afición a la cetrería, fue el primero en encontrar a las víctimas durante una de las salidas campestres con su halcón. Mientras Alma encaja las piezas del libro, reflexiona sobre las diferencias entre la realidad y la ficción, la inocencia y la culpabilidad, la necesidad que tiene el hombre de construir un relato hilado de unos hechos incomprensibles, quizá aleatorios, y se encontrará con su propia historia, descubriendo la naturaleza desbordante que la rodea, la verdad de su pasado y algo que jamás pensó llegar a conocer: el verdadero sentido del amor.
Lea Vélez nació en Madrid en 1970 al cobijo de una familia fanática de la literatura. Tras estudiar Periodismo en la Complutense, decidió convertirse en guionista, y hasta el momento ha escrito más de seiscientas horas de ficción televisiva. Es autora de las novelas El desván (Plaza y Janés, 2004, escrita junto a Susana Prieto), La esfera de Ababol (Planeta, 2006), La cirujana de Palma (Ediciones B, 2014), El jardín de la memoria (Galaxia Gutemberg, 2014) y Nuestra casa en el árbol (Destino, 2017). Vive en una casa en pleno campo, en la sierra de Guadarrama. También tiene fuertes lazos con Inglaterra y pasa largas temporadas en la ciudad de Brighton.
La leí la semana pasada, me encantó. Recomiendo.