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La novela que podrían haber escrito Plauto, Joyce, Flann O’Brien, Monty Python y Sharpe tras conocerse en el carnaval de Cádiz.
AVE, CIUDADANO
José Rodríguez Plocia
Mención especial del Jurado del XX Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones.
«Con aquel tratado, la vieja Gadir, aunque siguió siendo igual de vieja, pasó a llamarse Gades, y ni el nombre ni el convenio eran del gusto del bárquida: los púnicos habían sido hermanos de los gadiritas pero, siendo exactamente los mismos, no les unía nada con los gaditanos. Nada. Éstos, tal como se desembarazaron de Cartago cuando vieron perdida su causa, se abrazaron a Roma: El signo de los tiempos, se dijeron, Sí, eso, el signo de los tiempos. Gades, la vieja Gades, siguió siendo una ciudad semita, con lengua semita, religión semita, costumbres semitas…» |
Corría el año 1980 cuando, en unas excavaciones destinadas a localizar la Torre del Homenaje del Castillo de la Villa, apareció el Teatro Romano de Gades. En la galería alta de este, el protagonista del relato, trabajador de la contrata que desmantela el solar de una antigua industria, tropieza, en una oquedad, con un cofre que contiene el rollo que escribiera, hacia el tercer tercio del siglo I a.n.e., el histriónico gaditano Caio Máximo Dramático.
«Busqué el equilibrio, ensamblar la historia de un Gades de película, espectacular, enormemente rico, y que hacía cincelar Gaditanorum en los asientos reservados a sus équites en el Coliseo romano, con un Cádiz de miseria, repleto de caliches, en el que nómina más suculenta la mueve el Inem, y que graba en el sofá de escay el tamaño de los traseros. Pasar de una época a otra se me presentaba como un ejercicio de funambulismo, sin red, la cuerda era la ciudad, y ambulaba desde el siglo I a.n.e. al XXI… Tiré adelante y terminé encontrando el equilibrio en la propia naturaleza de aquellos y de estos gaditanos, en el humor.»
El autor
José Rodríguez Plocia nació en 1954, en Cádiz. Formado en el mundo de la imagen, el guion le empujó al de la narrativa, donde entró sin llamar.
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