A través de los testimonios de más de una veintena de personajes, el lector de Me llaman Big (Huso Editorial, 2019) seguirá los pasos de su protagonista durante el trascurso de siete décadas y se sumergirá en siete emblemáticas guerras de los siglos XX y XXI. Sin embargo, no todo será horror, ruido o muerte, también habrá tiempo y espacio para la risa, la solidaridad y la belleza, porque no todo está perdido mientras un grupo de niños juegue en el rincón más apartado, triste y hostil del planeta.
Londres, Berlín, San Salvador, Kigali, Pekín, Sarajevo, Asunción de Popayán, Bagdad… ¿Qué tienen en común estas ciudades? Quizá que en algún momento de sus historias todas han sido víctimas de atentados, bombardeos, asedios o, en mayor o menor medida, todas han sufrido los perturbadores rigores de la guerra. Pero también son ciudades por las que ha transitado Zbigniew Czajka — o Big, como se le conoce a lo largo y ancho del orbe gracias a su nombre artístico—, el tenaz e incansable protagonista de esta novela, un mimo trotamundos que va saltando de guerra en guerra con el propósito de llevar un poco de alegría a los niños que sobreviven bajo el fuego cruzado de conflictos bélicos.
Víctor Vegas (Barquisimeto, Venezuela, 1967) logra que el lector de Me llaman Big (Huso Editorial, 2019) se convierta en una parte vital del recorrido que realiza Zbigniew Czajka. Tiene esta obra la particularidad de convertir al lector en parte de la historia, y esto lo logra Vegas gracias a distintos registros narrativos. Es Me llaman Big una novela creada desde distintos entramados; la historia acontece en distintas capas logrando así plantear un desafío para quien se sumerja en sus páginas. Desafío, por cierto, difícil de rechazar una vez iniciada su lectura.
En Me llaman Big se articula un interesante reto para el lector, descubrir las travesías de un mimo a través de la palabra de los otros. Conjugar las intenciones del silencio desde la palabra. Todo un homenaje a la mímica, pero también a los artistas del silencio que, en medio de la tragedia, viven para intentar hacer sonreír a los niños. Habita en este libro un aplauso del arte al arte, de la palabra a la mímica.
Sobre su nueva novela, Víctor Vegas buscó que el lector percibiera el silencio del personaje. Al respecto, el escritor argumenta que “Al fin y al cabo, se trataba de un mimo y me parecía lo más lógico y natural que así fuera. De modo que la historia de Zbigniew Czajka la cuentan otros personajes, que incluso ponen en su boca palabras de las que el lector no puede tener la total seguridad de que en verdad las haya dicho él. Sin embargo, gracias a un narrador omnisciente, el lector tendrá acceso a los pensamientos del protagonista y, por supuesto, a su particularísima manera de ver y entender el mundo que lo rodea”.
Bagdad, domingo 9 de julio de 2006
La onda expansiva de la explosión alcanzó de lleno al coche en el que se desplazaba. El vehículo despegó las cuatro ruedas del suelo y dio varias vueltas de campana antes de quedar volcado sobre el pavimento. En ese instante, que a él le pareció un lapso inabarcable, eterno, Zbigniew Czajka vio pasar frente a sus ojos la totalidad de su vida; la fecunda y generosa caravana de recuerdos que había acumulado en ochenta y dos años de existencia.
Las imágenes tenían la curiosa particularidad de reproducirse en su memoria en blanco y negro. Segmentadas y veloces. Abruptas y silentes. Como los fotogramas de aquellas viejas películas mudas que Pawel Rogozinski lo había llevado a ver a los pocos días de conocerse. Por entonces, Zbigniew Czajka era apenas un adolescente. Un hambriento y asustadizo adolescente que vagaba sin rumbo por las mal iluminadas calles de Londres.
Era el otoño de 1939. Semanas ago los nazis habían invadido Polonia.
Víctor Vegas
Nació en Barquisimeto, Venezuela, en 1967. Es narrador y dramaturgo. Estudió Ingeniería en Informática en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado de Barquisimeto, ciudad donde se graduó y empezó a trabajar en 1992. En la actualidad reside en Madrid.
A mediados de la década de los ochenta fundó y dirigió una agrupación teatral con la que llevaría a escena sus primeras obras de teatro. A finales de los ochenta y principio de los noventa publicó relatos cortos en periódicos y revistas literarias.
Por motivos laborales, a partir de 1994 cambió su residencia a Caracas. En esta localidad cosecharía éxitos en IT (tecnología de la información por sus siglas en inglés); sus aciertos en esta área le valdrían la atención de importantes publicaciones especializadas. Sin embargo, pese a sus éxitos profesionales, en 2003 decidió abandonar la informática y retomar su carrera literaria.
Como narrador ha obtenido numerosos premios y reconocimientos —entre ellos el Premio Municipal de Literatura 2007 de la ciudad de Caracas por su libro de relatos Mensajes en la pared— y algunos de sus relatos forman parte de antologías publicadas en España y Venezuela.
Sus piezas de teatro, además de premiadas, han sido representadas con buena acogida de público y crítica en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, ee. uu., España, Guatemala, México, Perú, Uruguay y Venezuela.
Ha publicado la plaquette de microrrelatos Infortunio de los objetos (1991); el relato largo Mensajes en la pared (2006); las colecciones de relatos Mensajes en la pared (2006) y La naturaleza de las cosas (2018); la novela La edad del rock and roll (2015) y las obras de teatro Pieza para dos actores (2005), Cuando seamos grandes (2006) y Una sensación vital (2016).