Cuenta la editora de Javier Marías, Pilar Reyes, que cada nuevo libro del autor es una celebración, porque nadie, ni el mismo, sabe si volverá a escribir. Sobre Berta Isla en 2015 le dijo que sería una novela porno de doscientas páginas narrada en tercera persona que trataba sobre una historia ya contada. En 2016 le comunicó que el libro crecía por su cuenta y que había aparecido un narrador en primera persona combinado con el anterior. Poco después supo que la narradora era una mujer y que versaba sobre tres décadas desde finales del siglo XX, entre 1969 y 1995. 331 días de escritura contados por el mismo así:
“Hago una página, la corrijo, la reviso, la vuelvo a teclear, tachó cosas a mano, así hasta tres, cuatro o cinco veces y no sigo hasta que no está terminada. Siempre tengo la sensación de que no podrá leerse con fluidez. Me parece milagroso haber terminado una novela”.
Es esta historia , la de Berta Isla, una historia de espionaje contada del revés por quien espera no por quien actúa. Acoge temas recurrentes del escritor, como el secretismo, el dilema moral, la espera incierta. “Trata también sobre cómo el hecho de haber nacido es en parte una bendición, pero también puede ser una maldición desde que uno es avistado por otros. Es la historia de alguien, que tiene dotes para las lenguas y para los acentos, que es divisado y reclutado para los servicios secretos”, explicó. En Berta isla aparecen dos personajes que ya aparecían en Tu nombre mañana.
La espera tiene algo de adictivo, todo está todavía abierto. Todas las posibilidades la ideal y la nefasta están por decidirse.
En el germen de este libro están imbricados desde un cuento suyo del finales de los 80 a varias lecturas (La mujer de Martin Guerre, de Janet Lewis, o El coronel Chabert, de Balzac, entre otros) y el deseo de Javier Marías de indagar en “un tipo de personas que se van, desaparecen, a veces reaparecen y a veces hay dudas sobre su identidad”. Se adentra en ello de la mano de Berta Isla, esposa de Nevinson, que se convierte en la voz de la reflexión, la duda, una penélope forzosa que no sabe lo que es mejor no saber. Obligada a convivir con la ocultación, el misterio y el temor que acecha su mundo doméstico de la mano de quien había elegido como amorosa compañía, Berta Isla ve cómo se desmorona la vida convencional para la que se había preparado. “Hay en ella una gran evolución. Empieza a preguntarse sobre la moralidad de aquello a lo que se dedica su marido”, apuntó Marías, que opina que, pese a las actuales reivindicaciones de transparencia de la sociedad actual, “se acepta que haya una zona oscura que ignoramos”.
No es que pierda el control cuando escribo pero si improviso sobre la marcha, abro frentes.
Berta Isla trata también sobre cómo alguien se ve obligado a hacer algo que no quiere hacer y que una de las maneras de defendernos es convencernos de que está muy bien y que es lo mejor que podríamos haber hecho.
Aquí os dejamos algunas perlas más de su comparecencia:
La gente no es sinceramente estupida aunque cada día se esfuerza más por serlo.
En una época tan virtuosa e impoluta se permiten zonas oscuras y poco virtuosas para no ser aniquilados.
Mientras escribo mis libros me parecen una porquería, dentro de un tiempo me parecerá sin embargo que antes escribía mejor.
Hay mucho miramiento con los spoilers en las series de televisión pero a la literatura no la respeta nadie.
La gente ya no lee ni los SMS menos aún los artículos o las novelas, pero todo el mundo opina de lo que no lee
Comencé la lectura del libro cuando se editó.Cada libro tiene su momento y aquel no lo era, así que abandoné su lectura.
Lo volví a intentar y seguía sin entrar, ahora lo lo he leído y disfrutado.
La voz y opiniones, siempre tan interesantes, del autor se dejan escuchar a través de sus páginas.
Sus observaciones del comportamiento humano, el lenguaje, las descripciones minuciosas.
Hoy en día, en el que tanto se publica, encontrarse con autores como Javier Marías es todo un lujo.
Muchas gracias…y que siga publicando.
Hace unos días terminé el libro de Berta Isla.
El sentimiento que me ha dejado es el mismo que me produce la lectura de cualquier libro del autor: de orfandad.
Se me hace muy difícil encontrar un libro que me lleve ,me transporte por esos vericuetos que sólo un buen escritor es capaz de lograrlo.
Reitero mi agradecimiento a Javier Marías por el placer que me proporcionan sus letras…..más vale que los domingos nos alegra con sus reflexiones en el País.