Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea 1914-1987 de José Olivio Jiménez

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Como advertencia y didáctica, trata de justificar bien pronto el autor de esta rica antología lo que le ha llevado a acometer esta amplia tarea. “Hay ya una poesía hispanoamericana contemporánea clásica, es decir, viva y fija a la vez; y ella es el objeto central de esta Antología”

Luego vendrá la necesaria acotación no solo en el tiempo sino en las distintas ‘tipologías’ poéticas recogidas, y aquí obtenemos una aclaración que resulta realmente muy útil a la causa, a fin de ‘orientar’ al lector: “En el volumen se recogen las principales corrientes de la poesía hispanoamericana inmediatamente posterior al modernismo: el vanguardismo, con su triple negación de la belleza, la musicalidad poemática y la función comunicativa del lenguaje; el posvanguardismo, cuyos polos de atracción antagónicos son la poesía pura, con su tensión intelectiva casi sobrehumana, y el superrealismo, encarnación en el lenguaje del ansia de libertad total”

A veces, es cierto, la terminología, a pesar de su buena voluntad ilustrativa, puede resultar una barrera para el lector, a sabiendas de que, en esencia, la poesía es como la artesanía en madera o la música tropical: la hay buena y mala. De ahí que lo bueno sea adentrarnos en los ejemplos que aquí se nos brindan de cada autor (introducido por un breve pero útil comentario acerca de su biografía y obra) y atender, así, a versos que pronto nos trasladan a una realidad nueva, fecunda, imaginativa tal como ha venido siendo considerada esta poesía.

El libro posee una unidad significativa propia en cuanto a lo cantado y al destinatario del canto -el paisaje y quien lo habita con una vinculación muy directa física e identitaria a la vez-, algo que pronto se refleja en los versos: “Amor es más que la sabiduría:/ es la resurrección, vida segunda. / El ser que ama revive/ o vive doblemente./ El amor es resumen de la tierra,/ es luz, música, sueño/ y fruta material/ que gustamos con todos los sentidos” según el decir-pensar de Carrera Andrade. Una valoración a la que parece venir a unirse el soneto de Eduardo Carranza, con un añadido explícito en cuanto a la asunción de la patria como símbolo : “Todo está bien, el verde en la pradera,/ el aire con su silbo de diamante/ y en el aire la rama dibujante/ y por la luz arriba la palmera.// Todo está bien: la frente que me espera,/ el azul con su cielo caminante,/ el rojo húmedo en la boca amante/ y el viento de la patria en la bandera”.

Una idea como colectivo, como pertenencia que viene a ratificar Nicanor Parra con sus versos sencillos y emotivos a un tiempo: “Todo está en su lugar; las golondrinas/ en la torre más alta de la iglesia;/ el caracol en el jardín; y el musgo en las húmedas manos de las piedras./ No se puede dudar, éste es el reino/ del cielo azul y de las hojas secas/ en donde todo y cada cosa tiene/ su singular y plácida leyenda:/ hasta en la propia sombra reconozco/ la mirada celeste de mi abuela”

Es difícil, no obstante, resumir, imposible de simplificar, pues no podemos ignorar la presencia de una poesía comprometida políticamente o bien de una clara hondura introspectiva. Sea, entonces, el lector quien valore, quien ponga criterio y emoción allí donde la palabra del poeta le invita a convivir con el lenguaje del compromiso, de la belleza, del destino, de la imaginación.

 

 

Reseñado por Ricardo Martínez

Recopilado por José Olivio Jiménez

José Olivio Jiménez (Santa Clara (Cuba), 1926 – Madrid, España, 2003) fue un crítico literario, que, aunque nació en Cuba, pasó gran parte de su vida en Estados Unidos (donde fue profesor universitario) y en España, donde tomó contacto con importantes poetas y críticos españoles como Vicente Aleixandre, Francisco Brines, Claudio Rodríguez o Carlos Bousoño.

Ha destacado especialmente en el estudio de la llamada generación del 50 o de los poetas del medio siglo.

Ficha técnica

 

Páginas: 608 14,90€
El criterio de José Olivio Jiménez al concebir esta “Antología de la poesía hispanoamericana (1914-1987)”, ya clásica, fue renunciar a una desmesurada extensión del panorama de nombres y corrientes, que la hubieran convertido en un muestrario inoperante, y dedicar a los creadores incluidos en la recopilación el espacio suficiente para que sus voces puedan ser debidamente apreciadas. En el volumen se recogen las principales corrientes de la poesía hispanoamericana inmediatamente posterior al modernismo: el vanguardismo, con su triple negación de la belleza, la musicalidad poemática y la función comunicativa del lenguaje; el posvanguardismo, cuyos polos de atracción antagónicos son la poesía pura, con su tensión intelectiva casi sobrehumana, y el superrealismo, encarnación en el lenguaje del ansia de libertad total.