Cuatro relatos se reúnen en esta edición, en los que el autor de “Danubio” muestra unas historias que podrían parecer insólitas pero que no lo son tanto, sino más bien reflejo de una realidad cargada de personajes cuya identidad guarda un difícil equilibrio crítico. Como el propio autor dice en una entrevista*, “casi todos los relatos parten de pequeñas anécdotas de la vida diaria. Y, lentamente, tras esas anécdotas, aparecen algo así como ventanas desde las que se contempla el abismo. Por otra parte, mi propia historia personal siempre ha estado relacionada con esa vida de frontera europea que, en ocasiones, ha precipitado el apocalipsis. La gran historia comienza siempre por la pequeña historia.(…) El viajero contemporáneo ha transitado por esa sucesión de fronteras de nuestra Babel contemporánea. Esa obsesión por las identidades culturales y religiosas ha creado muchas y nuevas fronteras precipitando sucesivas catástrofes. Tras la creación de nuevas fronteras nos acecha el riesgo de nuestras crisis y tragedias.”
Ensayista, narrador, germanista, universitario y periodista, Claudio Magris es un testigo destacado de las crisis europeas, y el espíritu de ese mundo que no sabe bien adonde va, lo percibimos en estos cuatro textos, entre los que no vemos otro nexo que el problema de identidad, el sentimiento de estar perdido, de búsqueda y de cierta desaliento.
“El Conde” es un relato narrado por el ayudante de un supuesto conde, que se dedica a la recogida de cadáveres ahogados en ríos e incluso el mar. Misógino, el Conde hace todo lo posible por alejar a las mujeres de su ayudante, temiendo, quizá, ser abandonado. El ayudante echa de menos, en su cotidianeidad, una cierta ternura femenina. La vida y el Conde se encargarán de evitársela. Pero encuentra en el agua un regalo, un mascarón de proa, que le acompañará toda su vida.
“La portería” es la historia enternecedora de un jubilado que, como muchos otros, desea seguir en activo y tener una ocupación, por lo que tiene una idea un tanto extraña, pero que llevará a la práctica contra viento y marea, sintiéndose feliz por ello. No se sabe si los demás conocen su secreto.
“Las voces” es una narración surrealista, casi onírica, de un personaje cuya relación con la realidad se produce a través de simulacros, de ficciones, de voces grabadas. “Son las voces las que cuentan. Es más, solo ellas existen. Los cuerpos parecen armar mucho alboroto y ocupar mucho espacio, pero tan solo son sombras que desaparecen cuando cae el sol. El narrador/protagonista ama a las mujeres, sí, pero mujeres como él las imagina, a través de la voz inalámbrica de un contestador automático. Narración francamente original, que muestra a otro de esos seres perdidos y desnortados, pero muy necesitados de ternura y cariño.
“Ya haber sido” es un breve texto, más que relato, podría ser considerado como una disertación, un brevísimo ensayo sobre los beneficios de dejar de ser algo que uno no desea. En boca del narrador: “Ser hace daño, no concede tregua. Haz esto, haz lo otro, trabaja, lucha, vence, enamórate, sé feliz, debes ser feliz, vivir es esta obligación de ser feliz, si no, qué vergüenza.”
En suma, unos relatos muy bien hilvanados, que, a pesar de mostrar seres desalentados no nos llevan al desaliento, sino que nos generan una mirada benevolente.