En su libro, Echenoz nos obliga a seguir a Victoire, una parisina que decide cambiar su vida. De hecho, una mañana al despertar, ella ve a su amigo Félix muerto en la cama. Sin pensarlo siquiera saca todo el dinero del banco y deja su apartamento para coger cualquier tren que la aleje de allí. Durante varias semanas, ella vagará por toda Francia, primero en tren, luego haciendo autostop, más tarde en bicicleta y finalmente a pie. Dormina en hoteles, en refugios, en el campo hasta legar al suela. La vida le ira jugando malas pasadas pero ella siguiendo su instinto sigue encerrada en un mutismo que le impide enfrentarse a la realidad y volver a París.
No es este es un libro sobre la depresión, ni tampoco sobre el hundimiento causado por las drogas, es simplemente una muestra de lo que la sociedad actual puede hacerle en un año a una persona desnortada aunque ella pueda decidir regresar a su vida real cuando quiera. Al final no le quedan fuerzas ni para eso. Jean Echenoz aquí ha escrito una historia original que nos hace ver la vida desde otra perspectiva. Su escritura aparentemente seca y sincopada en un principio va aumentando en lirismo según avanza la narración. A través de las palabras y descripciones logra recrear un mundo tan real que puede se oler la humedad del bosque, tocar las ropas mojadas por el rocio o palpar la mugre en nuestras manos resecas.
Una novela para descubrir que es lo que nos lleva a veces a comportarnos de una manera extrañamente antisocial.
Aprovechamos para desear éxito a Mardulce en su trayectoria en España.
Reseñado por Marc Canela