Hemos visto a algunos premios Nobel pasarse al género infantil después de haber sido galardonados. Esa “ obligación” casi siempre ha sido fácil debido a las historias que han inventado para sus nietos. En el caso del francés Modiano la cosa cambia. Mucho antes del Nobel y poco después del Goncourt encontramos Catherine, esta pequeña novela ilustrada infantil que pese a ir dirigida a los pequeños incluye algunas de las claves del completo de su bibliografía.
Catherine vive en París con su padre y, al igual que él, también lleva gafas. Su madre vive en Nueva York, y al igual que ella, también quiere ser bailarina. Obligada a quitarse las gafas para bailar, Catherine descubre de repente que puede vivir en dos mundos paralelos y diferentes: el que ve cuando lleva las gafas puestas, el mundo real. Y el otro, el mundo “borroso”, blandito, y velado, un mundo donde no hay esquinas, el que ve cuando no lleva puestas las gafas. Frente a las rarezas y los misterios de los adultos, Catherine empezará a sacar provecho de ese poder que solamente poseen los niños con gafas: mirar de cara a la realidad… o no».
Hasta ahí una obra al uso con sus guiños infantiles. Pero el verdadero Modiano aparece entre líneas: Paseos por el Distrito 10, una realidad borrosa tal como la memoria en el resto de sus obras, unos recuerdos que van desapareciendo de la madre emigrante, y un apellido, Certitude, impostado por el agente encargado de la documentación que no hace sino surgir más y más dudas.
Para el lector habitual de Modiano es fácil ver esas relaciones. Su niñez aparece reflejada en esta obra; tanto como el estricto Casterade que sirve de trasunto de la educación rígida y convencional de la posguerra.
Una novelita digna para niños y mayores con el cuidado formato de Blackie Books y las deliciosas ilustraciones de Sempe.