El autor, Adrian Goldsworthy, doctor en Historia, estudió en el St John’s College de Oxford y ha enseñado en varias universidades. Entre sus libros, publicados a más de una docena de idiomas, cabe destacar The roman Army at War, Roman Warfare, Las guerras Púnicas, Cannae, Grandes generales del ejército romano, César, La caída del Imperio romano, Antonio y Cleopatra y la novela histórica Soldados de honor ―estos cuatro últimos publicados con gran éxito en La Esfera―. Dedicado exclusivamente a la escritura, en la actualidad colabora en documentales televisivos sobre temas romanos y es profesor visitante en la Universidad de Newcastle.
En esta obra, Goldsworthy nos acerca a la figura de Augusto, justo en el año en el que se conmemora el segundo milenario de su muerte. Un personaje del que el autor escuchó hablar por primera vez siendo niño, en Navidad, leyendo su mención bíblica en el evangelio de Lucas. Sería con el paso del tiempo, cuando se despertó su pasión por la historia y, concretamente, su fascinación por la antigua Roma y por la figura del Emperador.
Y es que Augusto es un personaje fascinante a la vez que oscuro y contradictorio, un luchador que se enfrentó desde muy joven a las intrigas políticas, a la envidia y a peligrosos y poderosos enemigos, para imponerse finalmente e influir de forma crucial en un imperio que ha dado forma a la cultura del mundo occidental. Por eso este libro es también la recuperación de un personaje que, en opinión del autor, ha desaparecido de la conciencia colectiva, quedando en un segundo plano por detrás de otros más llamativos como Julio César, Nerón, Cleopatra o Marco Antonio.
Acercarse a la figura de Augusto resulta problemático, hay mucha confusión alrededor de su persona, empezando por la que creó el propio protagonista. Pero el autor ha intentado ser independiente y objetivo, recurriendo a numerosas fuentes antiguas para ofrecer un completo cuadro sobre la vida y el carácter de Augusto, para comprender no solo al hombre sino también a su mundo, un ejercicio que requiere precisión, paciencia y tiempo. El resultado, un libro documentado que hay que leer con detenimiento, sin prisas, exprimiendo cada capítulo para disfrutar con una exhaustiva biografía que colma con creces las expectativas creadas.
Y, como broche, unos apéndices, notas y documentos que enriquecen y completan la obra, destacando un interesante análisis sobre la fecha del nacimiento de Jesús. En resumen, un libro recomendable para todo aquel que quiera acercarse a la historia de forma rigurosa, aprender del pasado y descubrir las lecciones que siguen siendo de aplicación para los peligros y amenazas a la libertad que estamos enfrentando en la actualidad.